miércoles, 18 de diciembre de 2013

Vía Mas Colomer en Roques de Benet

Roques de Benet
Vía de la Llastra o Mas Colomer


Les Roques den Benet son un monumental conjunto de monolitos rocosos enclavados en pleno corazón del Parc Natural dels Ports de Beseit, en el extremo sur de la provincia de Tarragona.


Rodeados de bosques y montañas de modesta altitud, les Roques den Benet son unos afloramientos de roca conglomerada que, al estar constituidos de materiales más duros, han resistido mejor la erosión que el terreno calcáreo circundante, más blando.


Debido a este motivo la montaña presenta en sus vertientes sur y oeste estos monumentales farallones verticales de hasta 200 m de altitud.


La cumbre más elevada de todo el conjunto es el Castell den Benet, en el centro de la imagen, que se eleva hasta los 1016 m de altitud. Y justo en la vertical de la cumbre podemos ver el monolito conocido como "la Llastra", la aguja que nos habíamos propuesto escalar.


Visto desde un lateral, por el sur, el Castell presenta esta otra imagen tan diferente. Desde aquí se ve bastante bien el monolito de la Llastra y la ruta que queríamos escalar.


La vía de la Llastra a les Roques den Benet fue abierta en 1963 por Jaume Mas y Jordi Colomer.
Longitud 230 m, dificultad obligada V superior A1.
Primer largo: 50 metros, dificultad V grado.
Segudo largo: 20 metros en travesía hacia la izquierda, IV grado.
Tercer largo: 20 metros, dificultad 6a.
Cuarto largo: 25 metros, dificultad A1 V superior.
Quinto largo: 40 metros, dificultad V superior (con reservas).
Sexto largo: 20 m, metros, dificultad V A1.
Séptimo largo: 20 metros, dificultad V A1.
Octavo largo: 40 metros y cumbre, dificultad V A0
Vía en principio reequipada con parabolts, principalmente a partir del sexto largo. Reuniones equipadas con parabolts. Conviene llevar un juego completo de friends principalmente para los primeros largos, donde todavía quedan algunos clavos originales de la primera ascensión que no están en muy buen estado.
La roca en los cuatro primeros largos es mediocre, a partir del quinto mejora.


El pasado martes 26 de noviembre del 2013 Javi y yo nos acercamos desde Puçol a este lugar, situado en las inmediaciones del pueblo tarraconense de l`Hortá de Sant Joan. Un poco más hacia el sur del cruce de caminos que separa el pueblo de la carretera que nos lleva hasta la nacional entre Tortosa y Lleida, encontramos esta pista que nos acerca hasta las inmediaciones del Castell. Dejamos el coche al borde del camino, bastante cerca de las paredes. Desde el pueblo la ruta es muy evidente y fácil de encontrar.


La verdad es que, a pesar de estar totalmente despejado, pillamos uno de los días más fríos del año. O igual es que por aquí siempre hace esta temperatura, no lo sé. Dejamos el coche atrás y enseguida encontramos una estrecha pedrera en el bosque que nos dejó al borde de esta impresionante pared.


Y encontramos una gigantesca cueva excavada en la base de la pared. Es grande y tiene muchos recovecos, y tiene todo el aspecto, por los restos, de que los pastores locales guardaban aquí los rebaños.


Un poco por encima de la cueva llegamos por fin a pie de vía. Hace tanto frío que no siento las manos.


Javi se anima a atacar el primer largo, que discurre por una serie de fisuras.


En teoría este largo es muy asequible, IV con una pequeña zona de V grado, pero tenemos tan agarrotadas las manos por el frío que nos costó un montón.


El segundo largo es una travesía casi horizontal con la roca bastante rota. Hay que tener ojo.


Menos mal que el sol ha empezado a darnos que si no... uf. Podemos quitarnos algo de ropa.


Desde luego el paisaje de las montañas Dels Ports es espectacular, un regalo.


El tercer largo se escala por una estrecha fisura de roca uhm... mediocre. Hay que ir atentos.


En las montañas que tenemos en frente se va viendo el paso progresivo de las pudingas (roca conglomerada) a las zonas donde aflora la roca caliza.


La fisura se va convirtiendo en un diedro. Por esta zona el equipamiento de los largos consiste en clavos viejos, que de vez en cuando alternamos con algún friend.


Pero poco a poco vamos superando las dificultades y continuamos subiendo. Menos mal que aquí, al sol, ya no hace tanto frío.


De momento Javi continúa escalando de primero. Tiene mejor día que yo y está motivado. Cuando entre en calor ya me animaré. El cuarto largo es de una apariencia similar al anterior, pero algo más difícil. De momento ponemos un estribo para superar un tramo ligeramente desplomado.


Y... susto. El clavo del que estaba colgado se ha salido y Javi sufre una caída sin mayores consecuencias. Menos mal que le había dado tiempo a meter un friend fino por encima, que si no... se habría dado un buen golpe contra la repisa de la reunión.


Y este es el responsable de nuestras desdichas. Es una U de acero que aguantaba sólo al hacer palanca hacia abajo, pero que al tirar un poco hacia afuera... Los siguientes que pasen por aquí notarán su ausencia.


Bueno, pero Javi ya está en la repisa de la cuarta reunión, más tranquilo. Sólo ha sido un susto.


Es una configuración de roca muy similar a la de los Mallos de Riglos- la única escalada en roca conglomerada que conozco-, alternando panzas que desploman con feixas horizontales que atraviesan de lado a lado la pared, pero aquí el grano de la roca es algo más pequeño y se nota que no escala mucha gente, pues la roca de momento está bastante descompuesta.


El corazón del Parc Natural dels Ports de Beseit, paisaje de valles cubiertos de bosque mediterráneo y grandes afloraciones rocosas por doquier.


Y llego por fin a la cuarta reunión.


El quinto largo discurre por una fisura que sube en diagonal hacia la izquierda; empieza en un desplome.


A pesar del sol no terminamos de entrar definitivamente en calor. Por momentos va arreciando el viento y continúa haciendo mucho frío.


Mi compi utiliza el teléfono para hacer las fotos, y a veces le da problemas. Aquí, colgado, en plena pelea.


La vía, para salvar las panzas de la roca, tiene pasos de gran belleza. Los amigos Mas y Colomer supieron  abrir un bello itinerario de escalada.


Javi en la quinta reunión, al pie de la arista final. A partir de aquí el viento arreció de forma espectacular con lo que la sensación térmica descendió notablemente.


Y vuelta a ponernos toda la ropa. Javi se puso el polar por encima de la riñonera que siempre lleva consigo, y parece hinchado como un oso. Con tanta ropa y tanto frío es difícil escalar bien.


Hubo momentos en que las pasamos canutas; hacía mucho tiempo que no escalábamos con tanto frío. ¡Joder, y estamos al lado del Mediterráneo!


En los tres largos de la arista final la roca es ya de mejor calidad que por abajo, por lo que se escala con más tranquilidad.


Aquí ya no sentía las manos... ni que estuviéramos escalando en Noruega.


Bueno, pero ya estamos en el último largo así que... venga, para arriba, que no queda nada.


Javi ya no sabe qué hacer con las manos, ¡se nos quedan heladas a la intemperie!


Y por fin cumbre. Para colmo el automático de la cámara ha dejado de funcionar y nos tenemos que hacer la foto por separado.


El sol ya va bajando y tiñe todo el paisaje de tonos amarillentos. Una gozada de día, si no fuera por el frío...


Y si llegas a la cumbre de la Llastra con poca luz y no conoces la bajada... pues chungo, porque no está nada clara. Para llegar a la cumbre del Castell todavía tenemos por delante otra pared. Pero hacia nuestra derecha intuimos un sendero no marcado que va atravesando por una feixa en medio de la pared. No es difícil, pero hay que andar con ojo porque la caída es de más de 200 m.


No me extraña que haga frío. Estamos en otoño y aún así encontramos restos de nieve en algunas zonas.


Desde la cumbre del Castell, el paisaje que podemos contemplar  hacia el este también es espectacular.


Y después de rodear la montaña hacia el sureste encontramos por fin  la senda que desciende por el bosque hasta donde hemos dejado el coche. La Llastra y el Castell den Benet nos despiden con esta magnífica vista al atardecer.