domingo, 25 de marzo de 2012

Vía "Súbete Papel", Montanejos

Iñaki Miró,  Guía de montaña, Escalada, Espeleología y Barranquismo
Página web:  http://inakimiro.jimdo .com
------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Escalando en Montanejos, vía Súbete Papel

Plaza de las Catedrales, barranco de la Maimona


El barranco de la Maimona, en la comarca de Montanejos, provincia de Castellón, es un profundo valle de varios kilómetros de longitud formado por el arroyo Maimona, tributario del río Mijares, que corre encajonado entre las grandes paredes calcáreas formadas en las faldas del monte Morrón de Campos, la cumbre más alta de la región, de 966 m de altitud.


Estas grandes paredes del barranco de la Maimona, espectaculares, rodeadas por un denso bosque de pino laricio con sotobosque de enebros, sabinas y matorrales de romero y otras plantas aromáticas, constituyen  hoy en día un paisaje natural único en su entorno, además de ser un lugar ideal para la práctica de la escalada.


La denominada Plaza de las Catedrales, a donde nos dirigimos, es una curva del río donde la garganta se estrecha y las paredes de la misma se tornan vertiginosas y verticales, cayendo a pico desde más de 250 m de altura.


El sábado 15 de marzo, 2012, Paco y yo quedamos para hacer la vía Súbete Papel en la Plaza de las Catedrales del barranco. Teníamos muchas ganas de hacer esta vía que, por diversas razones, hasta ahora no conocíamos.


Aprovechando que el barranco baja seco, sin agua, caminamos por su fondo, contemplando ensimismados las grandes paredes que tenemos por encima.


Como este Paredón del Aguacil, de casi 150 m de pared vertical, uno de los lugares donde escalamos habitualmente.


O esta otra pared que es extraordinariamente lisa, llamada Placas de la Belle Epoque.


O el fantástico paredón de 250 m de altura por donde discurre la vía Monsieur.


A mitad de barranco nos encontramos con la antigua presa, que tenemos que superar. Desde aquí ya podemos contemplar la parte superior de la pared a la que nos dirigimos.


Que es ésta, en la Plaza de las Catedrales, aunque desde aquí sólo vemos la mitad superior, uno de los muros de roca vertical más grandes del barranco.


La luz intensa de la montaña mediterránea crea unos contrastes muy grandes con las sombras, que no permiten admirar los contornos siempre cambiantes de estas montañas.


La perspectiva de esta enorme pared (de la que aquí sólo vemos la mitad superior) cambia mucho dependiendo desde dónde se mire, como esta imagen sacada desde la senda de la Bojera, que rodea el desfiladero por la zona alta.


Después de caminar algo menos de media hora por el fondo del barranco llegamos por fin a la base de la pared. Observamos la vía con la reseña en la mano.


El paredón que tenemos encima, visto desde abajo, ofrece un aspecto impresionante, lleno de cuevas, desplomes de color rojizo y placas grises. La vía Súbete Papel tiene diez largos de cuerda, unos 260 m de escalada de bastante dificultad. La línea roja indica, más o menos, por donde va el itinerario, aunque en esta imagen no se ven la parte inferior ni la superior de la vía.




Ésta es la reseña de la vía que dibujaron los escaladores que abrieron y equiparon la vía, como podéis ver bastante bien trabajada.


El primer largo es una rampa de IV grado, sencilla, aunque con la roca algo patinosa por la humedad. Aquí abajo la profundidad y estrechez del barranco no permite que el sol entre en todo el invierno.


La segunda reunión se hace en la base de una concavidad de grandes dimensiones, donde la roca es bastante quebradiza.


Anclajes de la segunda reunión. Como podéis ver, son dos parabolts que dan mucha seguridad. En esta vía, como curiosidad, según vamos cogiendo altura largo tras largo, aumentan también la dificultad y la precariedad de los seguros a la vez que disminuye la calidad de la roca.


La salida de la reunión- comienzo del tercer largo- es hacia la izquierda. hay que pasar bajo esta extraña formación de roca.


Paco asegurándose antes de continuar. La verdad es que a veces el itinerario en toda la vía es algo confuso porque las posibilidades de continuar por un lugar u otro son variadas.


Por fin encuentra el paso, por el camino menos evidente de todos.


Después de una travesía con pasos bastante aéreos llegamos por fin a la tercera reunión, colgada en el vacío.


Según vamos cogiendo altura la perspectiva de las montañas circundantes va cambiando de forma notoria. El paisaje es espectacular.


Luces y sombras, el eterno contraste del paisaje mediterráneo. La luz es tan intensa que mirar hacia arriba nos ciega, y sin embargo cuando nos vemos envueltos por las sombras el frío nos entumece.


El cuarto largo es difícil, 6a, cantos pequeños sobre roca no siempre fiable que nos obliga a escalar con mucha precaución.


La cuarta reunión, a bastante altura, con tres parabolts. De momento vamos bien, estamos escalando a gusto y la vía es bonita. Los "nervios" vendrán más arriba.


El quinto largo, el más difícil de la vía, 6c, pero a su vez el más y mejor equipado de la pared, por lo que no da problemas.


Quizás tengo que decir, aunque esto es sólo una visión personal, no una crítica, que la línea de parabolts va por lo menos un metro más a la derecha de lo que debiera ir. Y cuando la dificultad es elevada esto la complica aún más.


El largo es estético, absolutamente vertical, de pasos bonitos aunque difíciles, como se ve en esta serie de fotografías.


La zona más difícil es la central, un par de pasos seguidos muy técnicos y de continuidad, que obligan a "apurar" bastante.


Pero por lo menos en este largo la roca es aceptable, un consuelo.


La quinta reunión se realiza en la parte alta del mismo diedro, colgados de los anclajes. Hasta aquí la vía está bastante bien equipada, se puede llegar sin meter nada. Es a partir de este largo donde se reduce el equipamiento, a la vez que aumenta la precariedad y mala calidad de la roca.


Paco en el sexto largo. En teoría no es demasiado difícil, el paso más delicado es un 6a, pero con roca quebradiza sobre clavijas viejas y de aspecto no demasiado fiable.


A esta altura ya vamos un poco cansados, pero todavía alegres y contentos ¿Estamos de fiesta?


Nos rodea un mundo de roca, mineral, un mundo vertical donde sólo viven las aves que anidan en los roquedos. A veces me pregunto qué pintamos aquí, por qué nos empeñamos en colonizar espacios para los que la naturaleza y la evolución no nos han preparado.


Llegando a la séptima reunión, en la zona alta de la pared. Menos mal que en esta zona ya da el sol con fuerza, porque en las reuniones de abajo nos quedábamos fríos esperando.


En los últimos largos de esta vía la roca deja bastante que desear; está descompuesta y muchas veces nos quedamos con presas en la mano. Hay que escalar con mucho cuidado.


Escalando en el octavo largo, un diedro de roca franca, al principio, pero sin seguros. Para hacer esta vía conviene traer una buena colección de friends de todos los tamaños, fisureros y cordinos sueltos.


Paco ha conseguido enhebrar un puente de roca, aunque es delgado y no da mucha seguridad. Es lo único que va a haber en todo el diedro.


En la parte alta del diedro hay un bloque grande que está medio suelto, y hay que valerse de él para superar un desplome, paso bastante delicado.


La octava reunión. Estamos a mucha altura en la pared. Ya no queda mucho, pero ésta es la zona más delicada de la vía, pasos difíciles poco asegurados y con roca mediocre. es necesario reasegurar los pasos con friends.


El noveno largo discurre también por un diedro de roca rojiza, que se descascarilla con facilidad. No hay seguros y la grieta es ancha, pero no llevamos los friends adecuados; a partir del número 3`5.


No tiene una dificultad excesiva, 6a, pero es un terreno delicado y con pocos seguros que requiere mucha atención.


En la parte alta del diedro he conseguido meter el friend más grande que llevo, un 2`5, en un estrechamiento de la grieta.


Una travesía diagonal a la derecha me deja bajo un pequeño desplome de roca delicada que tengo que superar. Afortunadamente hay un parabolt, el único seguro decente en todo el largo. El paso tiene una dificultad de 6a, con roca mediocre. Por encima del desplome las dificultades continúan hasta la reunión.


Llegando a la novena reunión. A partir de aquí, el último largo, que creíamos iba a ser sencillo, también tiene sus dificultades. Sin seguros, con roca en mal estado y pasos difíciles.


A esta altura estamos ya por encima de algunas de las paredes del barranco. El paisaje es espectacular.


Ya he llegado a la cumbre; me aseguro al tronco de una sabina y recojo a mi compañero. 


Paco sale también de la pared. En todas las vías que conocemos de esta tapia la dificultad se mantiene hasta el último metro, no dan tregua.


Aquí estamos en la cumbre los dos amigos, cansados pero contentos, teníamos muchas ganas de realizar esta escalada que hasta ahora se había resistido.


Desde esta pequeña cumbre, miremos hacia donde miremos la vista es espectacular. En la foto la parte alta del barranco bajo la cumbre del Morrón de Campos.


Río abajo la zona del barranco por donde hemos accedido a la pared, la que se abre al valle de Montanejos.


Tenía referencias de que una pareja de águilas reales anidaba por la zona alta del barranco. La pareja tiene preparados varios nidos alternativos en las cercanías, hemos contado hasta cinco, pero por fin damos con el que está ocupado. En la foto, señalados con círculos rojos, los dos pollos nacidos en el nido dos o tres semanas atrás. Los veíamos moverse.


Cualquiera que haya tenido la oportunidad de admirar de cerca, o en pleno vuelo, a un águila real, sabrá de lo que estoy hablando: es todo un espectáculo de la naturaleza. Ésta sí es la auténtica reina de estos cortados rocosos.


Recogemos las cuerdas y nos disponemos a volver. Todavía hay que bajar y el camino es largo y complicado.


El descenso hasta el fondo del barranco es laborioso, bastante pendiente, hay que buscar el sendero que sortea las paredes más grandes.


La primera vez que subimos escalando a esta cumbre, también Paco y yo, no conocíamos esta bajada y tuvimos que dar una vuelta más grande y difícil.


En algunos lugares más difíciles está equipado como si se tratara de una vía ferrata. De hecho es un sendero de montaña equipado para evitar accidentes.


El sendero nos obliga a pasar por debajo de las placas llamadas de la Belle Epoque. Aquí también hemos escalado en alguna ocasión.


Continuamos descendiendo. Ahora una cuerda con nudos salva un murete de unos diez metros.


Más abajo, entre matorrales y roquedos, nos topamos con un rebaño de cabras montesas. Ellas están en su terreno, nosotros somos aquí los intrusos que vamos molestando.


Y con esta imagen de Paco rematando los últimos peldaños instalados en este sendero de montaña, que nos dejan a pie de barranco, despedimos este reportaje. Espero que os haya gustado.