lunes, 21 de mayo de 2012

Vía Aurora, Barranco de Mascarat

Iñaki Miró
Guía de Montaña, Escalada, Espeleología y Barranquismo
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Barranco de Mascarat
Vía Aurora a la Pequeña Aguja
Longitud: 270 m. Dificultad obligada: 6a+


El pasado sábado día 11 de mayo un grupo de ocho amigos de Valencia decidimos irnos a escalar al Barranco de Mascarat, en la vecina provincia de Alicante.


El Barranco de Mascarat, situado entre las poblaciones de Calpe y Altea, forma una profunda grieta entre dos altas agujas calcáreas que son un paraíso para los escaladores: las Agujas de Mascarat. En la imagen, en primer plano,el puente de la carretera antigua, después el de la nueva carretera y al fondo el puente del ferrocarril.


Dejamos los coches en la calle de una urbanización cercana, donde iban a estar más seguros. Por lo visto los amigos de lo ajeno han reventado vehículos de algunos escaladores que los habían dejado en los arcenes de la carretera.


Preparamos en el suelo el material para las cuatro cordadas. Llevamos muchos friends y fisureros, en estas vías son necesarios.


En poco más de diez minutos caminando por la carretera y de cruzar un túnel llegamos por fin al puente que cruza el barranco.


Merli, con la reseña en la mano, explica a Fernando y a Quico por dónde va la vía Sylphara a la Aguja Superior, una ruta de casi 300 m de longitud y bastante dificultad.


En la imagen, con trazos punteados en rojo, la ruta que vamos a hacer Ramonet y yo a la Aguja Inferior. Vamos a hacer la vía Aurora, que en cuatro largos nos lleva hasta la tercera reunión de la Botella-Montesinos. Después, en tres largos más, los dos últimos de la vía Getto Blaster, llegaremos a la cumbre. Longitud del recorrido 270 m. Dificultad obligada: 6a+.
  

El impresionante puente de piedra de la carretera antigua, rematado en un perfecto arco de medio punto y ya en desuso, es el lugar desde el que se accede a la mayoría de las vías de las dos agujas.


En la imagen la parte superior de la Aguja Inferior. Al ser el Barranco Mascarat tan estrecho y estar las dos paredes tan cerca una de otra, no tenemos espacio para fotografiarla en una sola imagen, desde la base hasta la cumbre.


Ya hemos llegado hasta el puente viejo y comenzamos a prepararnos.


El fondo del barranco, cincuenta metros más abajo, nos espera. El arroyo Mascarat sólo lleva agua después de lluvias torrenciales.


La vía que van a hacer Ricardo y Tono, ya encordados, a la Aguja Superior, es la Llobet Bertomeu, una de las más clásicas y recorridas del barranco.


Los demás tenemos que descender al fondo del barranco para empezar a escalar. Lo hacemos mediante un rápel de cincuenta metros que cruza un fuerte desplome.


Fernando y Merli han encontrado la instalación de rápel a un costado del puente, dos parabolts sin anillas en las que dejamos dos mosquetones. También se puede bajar andando hasta el fondo del barranco, pero hay que dar una vuelta muy grande caminando.


Empezamos a rapelar. Los que quedamos somos seis escaladores que nos vamos a dividir en tres cordadas diferentes, cada una a una vía diferente. Parece que hoy hemos tomado por asalto esta escuela alicantina, porque estamos solos en el barranco.


Nada más pasar un corto resalte vertical enseguida llegamos a la parte superior de una gran concavidad, donde el rápel se desploma durante más de veinticinco metros.


Por ahí discurre el primer largo de la vía que van a hacer Fernando y Quico a la Aguja Superior, la
Sylphara.


Desde el fondo del barranco la vista que tenemos sobre las paredes y los puentes es espectacular.



Ramonet, mi compañero de cordada, es el último en descender.


Y aquí, con esta línea de puntos rojos, marco el itinerario de la vía en la parte inferior de la pared, dos largos sobre placa asegurados con clavijas bastante antiguas y en un estado de conservación... un tanto mediocre. Los puntos azules son las reuniones.


Y en la parte superior de la pared. En realidad el tramo comprendido entre las dos reuniones inferiores (en la imagen) no lo contamos como un largo. Son unos ocho metros sencillos para acceder hasta la base del tercer largo, en un jardín con plantas y árboles bastante amplio. En la imagen no se aprecia el último largo, una trepada larga con un paso final de IV grado en el bloque que forma la cumbre.


Empiezo el primer largo. Está hecho en una placa larga y rugosa sobre regletas y agujeros, con pocos clavos y bastante viejos. Al principio conviene ir con cuidado, el primer seguro está alto y además está bastante "potrosillo"; mejor no caerse. Dificultad media del largo 6a.


Lo malo de estos primeros largos que empiezan difícil y con malos seguros, donde no vas muy tranquilo, es que al principio te pillan bastante frío. Cuando ya llevas unos metros y ves que la cuerda pasa, por lo menos, por tres seguros es cuando empiezas a disfrutar escalando.


La reunión vieja ha sido reforzada con un parabolt, lo que mejora sensiblemente la seguridad. Me instalo con comodidad y recojo a Ramonet. Él conoce la vía, pero por lo visto han pasado ya unos años de la última repetición y tampoco se acuerda mucho.


El segundo largo es más corto y sensiblemente más sencillo, V+. Le toca encarar a Ramonet.


Frente a nosotros, por la misma pared que hemos descendido, Fernando y Quico ya han empezado a escalar.


El segundo largo lo superamos también sin problemas. Continúan los clavos viejos; la verdad es que convendría darle un repaso a la seguridad de esta vía, que por otra parte es excelente.



Ramón en la segunda reunión, asegurándome. El día ha salido nublado y amenaza lluvia, pero en esta zona de la pared, en la que estamos al socaire del viento, la temperatura es agradable.


Yo también llego a la segunda reunión. Hasta aquí no hemos tenido ningún problema; la escalada promete.


Trepo enseguida al jardín superior, donde empieza el tercer largo. Aquí ya tuvimos algún problemilla. Al principio nos confundimos de vía y me metí en una placa desplomada de dificultad muy elevada. Al cabo de unos metros me descolgué desde una chapa y buscando encontramos por fin el empiece de nuestra vía.



Javi y Merli han subido detrás de nosotros hasta la segunda reunión, pero a partir de aquí se desvían por otro itinerario. En la Imagen, Merli en el primer largo de la vía Botella Montesinos, en una combinación de vías  que se llama Triple Directa.



Continúo por el tercer largo de nuestra vía, la Aurora. Transcurre por una placa vertical difícil que las reseñas catalogan como 6a, aunque como algunos pasos son sensiblemente más difíciles que los del primer largo yo le daría por lo menos 6a+. Los seguros, pocos y bastante viejos, son además un hándicap.


Ya he llegado a la reunión y aseguro a Ramón, que empieza a escalar.


Nuestros amigos continúan peleando con su vía en la pared de enfrente. Desde luego la vista que tenemos sobre ellos desde nuestra posición es impresionante.



Ramón poco a poco va sacando el largo. La verdad es que la roca en este largo es excelente; las presas son pequeñas pero la adherencia es buena.


Parece que ya hay un proyecto para reequipar esta vía. Tampoco se trataría de "coserla" a parabolts, pero dos o tres por largo, en los pasos clave, le darían una gran seguridad.


Parece que Fernando ya ha superado el tramo más difícil del largo del desplome; llevaba un rato atascado en esa zona.


Y Ramón lo mismo, ya ha superado el tramo más vertical del largo y se acerca a la reunión haciendo una travesía bastante aérea e impresionante.


Todavía vemos a Javi cerca de nosotros. Pero ellos van hacia la izquierda de la pared y nosotros hacia la derecha, por lo que pronto vamos a perdernos de vista.


Ésta es la tercera reunión de la Aurora, bastante aérea también, en el tramo más vertical de la pared.


A Ramonet sólo le queda un paso para acceder a la reunión. Ha sido un largo muy bonito y disfrutón, sobre buena roca.


Desde la pared la vista sobre los puentes que cruzan el barranco es impresionante. Quizás el resto del mundo desconoce que entre estos dos puentes, en un día de lluvia y aburrimiento de un grupo de escaladores de la zona, en no recuerdo qué año de la década de los 80 del siglo pasado, nació el "deporte" o actividad de riesgo- como se llaman ahora- conocido como "puenting", y que en la actualidad se practica en el mundo entero.


El cuarto largo de la Aurora es el más difícil y engorroso de la vía. Menos mal que le toca a Ramonet. Es bastante difícil; he leído por ahí una reseña que le da 6a, mi compañero opina que es por lo menos 6b, pero yo lo catalogaría como 6b+ debido a las circunstancias que lo rodean.


Está precariamente asegurado con varios buriles de los antiguos y no muy bien metidos, con las chapas retorcidas y oxidadas; incluso hay un buril de aquellos antiguos con anilla al que se le ve la mitad de la longitud del cáncamo. para colmo, varios arbustos espinosos dificultan aún más la progresión. Obligatorio llevar unos microfriends y prohibido caerse, por si acaso.


Pero bueno, menos mal que mi compi es un fiera y resuelve sin problemas, con algún que otro juramento y acordándose de la familia del que abrió la vía. Descansando en la cuarta reunión.


¡¡¡Menudo tinglado que ha montado aquí, no sé por dónde mirarlo!!!


La quinta tirada es muy larga, unos cincuenta metros. La vía Aurora ya ha terminado y en teoría íbamos a continuar por la Botella-Montesinos, pero ésta va por un diedro bastante sucio de arbustos así que escalo por un espolón evidente y de roca franca en la que entran seguros por todas partes, de dificultad moderada, el paso más difícil será V-. En la imagen Ramón escalando el largo.


He hecho la quinta reunión bajo una placa desplomada con una bavaresa que no nos ha gustado. Al final Ramón se decide a forzar este último pináculo por la izquierda.


La parte inicial de este sexto largo es vertical y nada fácil, sobre 6a, pero no hay nada más que un clavo viejo y potroso, por lo que hay que estimular la imaginación y buscar algún puente de roca o meter algún friend. Aviso para navegantes: a mitad de largo hay un bloque suelto bastante peligroso.


Al principio no sabemos muy bien por dónde nos hemos metido, pero luego vimos que estamos en el anteúltimo largo de la vía Getto-Blaster.




Ramón ha resuelto sin problemas y ya está en la reunión. Respiramos; lo que nos queda por encima es un largo muy sencillo hasta la cumbre.


Hago el séptimo largo rápido y sin problemas. Es una arista que se escala fácil con una dificultad de IV-, aunque justo al final, en el último bloque, hay un paso un poco más difícil, sobre IV grado.



Javi y Merli- este último en la imagen- también han terminado su vía y han llegado a la misma arista en la que estamos nosotros.


Mi compañero también está llegando a la cumbre; bajo él queda toda la pared de la Aguja Inferior.



Ramón Cadalas, Ramonet, todo un figura de la escalada actual valenciana; un buen compañero.


Por fin hemos terminado la vía. Para mí ésta ha sido la primera escalada en el Barranco de Mascarat. Siempre que veníamos a esta zona de Alicante escalábamos en el cercano Peñón de Ifach o en la también cercana montaña del Ponoig.



Y desde donde estamos tenemos esta privilegiada vista sobre la Aguja de Toix, de unos 150 m de altura, en la que también hay vías de escalada.


Ya estamos en la arista cimera y sólo nos queda recoger las cuerdas y subir caminando hasta la cumbre, donde esperaremos a los compañeros.


El camino es bastante evidente y se recorre sin problemas, caminando.


Desde la cumbre de la Aguja Inferior de Mascarat vemos a nuestros compañeros, Javi y Merli, terminando la vía y accediendo a la arista cimera.

En realidad estas agujas rocosas del Barranco de Mascarat son las últimas cumbres de la Sierra de Bernia antes de hundirse en el Mediterráneo, sobre el acantilado del Racó del Corb, otrora la zona más agreste y corazón de la Costa Blanca, entre Calpe y Altea.



En esta imagen sacada desde la Aguja Superior podemos ver, en rojo, el recorrido que hemos hecho por la arista cimera de la Aguja Inferior, y en azul el descenso por un sendero evidente hasta la cercana urbanización. A la derecha la Aguja de Toix y al fondo la bahía de Calpe y el Peñón de Ifach.



Cogemos un bonito camino que poco más abajo se interna en un pinar, y en poco más de veinte minutos  de recorrido evidente estamos de vuelta en los coches.


Desde donde estamos tenemos una visión privilegiada del Peñón de Ifach, y con esta imagen terminamos el reportaje.