miércoles, 18 de diciembre de 2013

Vía Mas Colomer en Roques de Benet

Roques de Benet
Vía de la Llastra o Mas Colomer


Les Roques den Benet son un monumental conjunto de monolitos rocosos enclavados en pleno corazón del Parc Natural dels Ports de Beseit, en el extremo sur de la provincia de Tarragona.


Rodeados de bosques y montañas de modesta altitud, les Roques den Benet son unos afloramientos de roca conglomerada que, al estar constituidos de materiales más duros, han resistido mejor la erosión que el terreno calcáreo circundante, más blando.


Debido a este motivo la montaña presenta en sus vertientes sur y oeste estos monumentales farallones verticales de hasta 200 m de altitud.


La cumbre más elevada de todo el conjunto es el Castell den Benet, en el centro de la imagen, que se eleva hasta los 1016 m de altitud. Y justo en la vertical de la cumbre podemos ver el monolito conocido como "la Llastra", la aguja que nos habíamos propuesto escalar.


Visto desde un lateral, por el sur, el Castell presenta esta otra imagen tan diferente. Desde aquí se ve bastante bien el monolito de la Llastra y la ruta que queríamos escalar.


La vía de la Llastra a les Roques den Benet fue abierta en 1963 por Jaume Mas y Jordi Colomer.
Longitud 230 m, dificultad obligada V superior A1.
Primer largo: 50 metros, dificultad V grado.
Segudo largo: 20 metros en travesía hacia la izquierda, IV grado.
Tercer largo: 20 metros, dificultad 6a.
Cuarto largo: 25 metros, dificultad A1 V superior.
Quinto largo: 40 metros, dificultad V superior (con reservas).
Sexto largo: 20 m, metros, dificultad V A1.
Séptimo largo: 20 metros, dificultad V A1.
Octavo largo: 40 metros y cumbre, dificultad V A0
Vía en principio reequipada con parabolts, principalmente a partir del sexto largo. Reuniones equipadas con parabolts. Conviene llevar un juego completo de friends principalmente para los primeros largos, donde todavía quedan algunos clavos originales de la primera ascensión que no están en muy buen estado.
La roca en los cuatro primeros largos es mediocre, a partir del quinto mejora.


El pasado martes 26 de noviembre del 2013 Javi y yo nos acercamos desde Puçol a este lugar, situado en las inmediaciones del pueblo tarraconense de l`Hortá de Sant Joan. Un poco más hacia el sur del cruce de caminos que separa el pueblo de la carretera que nos lleva hasta la nacional entre Tortosa y Lleida, encontramos esta pista que nos acerca hasta las inmediaciones del Castell. Dejamos el coche al borde del camino, bastante cerca de las paredes. Desde el pueblo la ruta es muy evidente y fácil de encontrar.


La verdad es que, a pesar de estar totalmente despejado, pillamos uno de los días más fríos del año. O igual es que por aquí siempre hace esta temperatura, no lo sé. Dejamos el coche atrás y enseguida encontramos una estrecha pedrera en el bosque que nos dejó al borde de esta impresionante pared.


Y encontramos una gigantesca cueva excavada en la base de la pared. Es grande y tiene muchos recovecos, y tiene todo el aspecto, por los restos, de que los pastores locales guardaban aquí los rebaños.


Un poco por encima de la cueva llegamos por fin a pie de vía. Hace tanto frío que no siento las manos.


Javi se anima a atacar el primer largo, que discurre por una serie de fisuras.


En teoría este largo es muy asequible, IV con una pequeña zona de V grado, pero tenemos tan agarrotadas las manos por el frío que nos costó un montón.


El segundo largo es una travesía casi horizontal con la roca bastante rota. Hay que tener ojo.


Menos mal que el sol ha empezado a darnos que si no... uf. Podemos quitarnos algo de ropa.


Desde luego el paisaje de las montañas Dels Ports es espectacular, un regalo.


El tercer largo se escala por una estrecha fisura de roca uhm... mediocre. Hay que ir atentos.


En las montañas que tenemos en frente se va viendo el paso progresivo de las pudingas (roca conglomerada) a las zonas donde aflora la roca caliza.


La fisura se va convirtiendo en un diedro. Por esta zona el equipamiento de los largos consiste en clavos viejos, que de vez en cuando alternamos con algún friend.


Pero poco a poco vamos superando las dificultades y continuamos subiendo. Menos mal que aquí, al sol, ya no hace tanto frío.


De momento Javi continúa escalando de primero. Tiene mejor día que yo y está motivado. Cuando entre en calor ya me animaré. El cuarto largo es de una apariencia similar al anterior, pero algo más difícil. De momento ponemos un estribo para superar un tramo ligeramente desplomado.


Y... susto. El clavo del que estaba colgado se ha salido y Javi sufre una caída sin mayores consecuencias. Menos mal que le había dado tiempo a meter un friend fino por encima, que si no... se habría dado un buen golpe contra la repisa de la reunión.


Y este es el responsable de nuestras desdichas. Es una U de acero que aguantaba sólo al hacer palanca hacia abajo, pero que al tirar un poco hacia afuera... Los siguientes que pasen por aquí notarán su ausencia.


Bueno, pero Javi ya está en la repisa de la cuarta reunión, más tranquilo. Sólo ha sido un susto.


Es una configuración de roca muy similar a la de los Mallos de Riglos- la única escalada en roca conglomerada que conozco-, alternando panzas que desploman con feixas horizontales que atraviesan de lado a lado la pared, pero aquí el grano de la roca es algo más pequeño y se nota que no escala mucha gente, pues la roca de momento está bastante descompuesta.


El corazón del Parc Natural dels Ports de Beseit, paisaje de valles cubiertos de bosque mediterráneo y grandes afloraciones rocosas por doquier.


Y llego por fin a la cuarta reunión.


El quinto largo discurre por una fisura que sube en diagonal hacia la izquierda; empieza en un desplome.


A pesar del sol no terminamos de entrar definitivamente en calor. Por momentos va arreciando el viento y continúa haciendo mucho frío.


Mi compi utiliza el teléfono para hacer las fotos, y a veces le da problemas. Aquí, colgado, en plena pelea.


La vía, para salvar las panzas de la roca, tiene pasos de gran belleza. Los amigos Mas y Colomer supieron  abrir un bello itinerario de escalada.


Javi en la quinta reunión, al pie de la arista final. A partir de aquí el viento arreció de forma espectacular con lo que la sensación térmica descendió notablemente.


Y vuelta a ponernos toda la ropa. Javi se puso el polar por encima de la riñonera que siempre lleva consigo, y parece hinchado como un oso. Con tanta ropa y tanto frío es difícil escalar bien.


Hubo momentos en que las pasamos canutas; hacía mucho tiempo que no escalábamos con tanto frío. ¡Joder, y estamos al lado del Mediterráneo!


En los tres largos de la arista final la roca es ya de mejor calidad que por abajo, por lo que se escala con más tranquilidad.


Aquí ya no sentía las manos... ni que estuviéramos escalando en Noruega.


Bueno, pero ya estamos en el último largo así que... venga, para arriba, que no queda nada.


Javi ya no sabe qué hacer con las manos, ¡se nos quedan heladas a la intemperie!


Y por fin cumbre. Para colmo el automático de la cámara ha dejado de funcionar y nos tenemos que hacer la foto por separado.


El sol ya va bajando y tiñe todo el paisaje de tonos amarillentos. Una gozada de día, si no fuera por el frío...


Y si llegas a la cumbre de la Llastra con poca luz y no conoces la bajada... pues chungo, porque no está nada clara. Para llegar a la cumbre del Castell todavía tenemos por delante otra pared. Pero hacia nuestra derecha intuimos un sendero no marcado que va atravesando por una feixa en medio de la pared. No es difícil, pero hay que andar con ojo porque la caída es de más de 200 m.


No me extraña que haga frío. Estamos en otoño y aún así encontramos restos de nieve en algunas zonas.


Desde la cumbre del Castell, el paisaje que podemos contemplar  hacia el este también es espectacular.


Y después de rodear la montaña hacia el sureste encontramos por fin  la senda que desciende por el bosque hasta donde hemos dejado el coche. La Llastra y el Castell den Benet nos despiden con esta magnífica vista al atardecer.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Escaladas en Picos de Europa y Cordillera Cantábrica

Escaladas en los Picos de Europa
y Cordillera Cantábrica

Los lectores que conozcan este blog se sorprenderán: no van a encontrar aquí un reportaje al uso como los otros que suelo publicar. Podemos decir que esto es un viaje en el tiempo, una manera de recordar vivencias, ascensiones de montaña y a distintos compañeros. Quizás sea un producto de la edad, o un intento de no olvidar todos esos momentos mágicos pasados en estas paredes.

Este reportaje no es una guía de escalada. Me limito a reseñar solamente las montañas y vías de escalada que yo he hecho en la zona. Aquí sólo hablo de montaña de dificultad, por lo que no incluyo las rutas que he podido hacer caminando a diferentes cumbres ni las travesías de uno o varios días con las que también he disfrutado recorriendo estas montañas.

De la mayoría de las ascensiones no tengo imágenes que mostrar, y muchas de las fotografías que os pongo aquí las he tenido que buscar en Internet. Menos mal que hay buenos fotógrafos que cuelgan sus obras de manera gratuita para que las disfrutemos todos. Va por ellos, y por todos los compañeros que me han acompañado en estas ascensiones, y por supuesto, por todas estas montañas maravillosas.

Fotografía de Antonio Rodríguez

La primera vez que conocí el macizo central de los Picos de Europa, o de los Urrieles, fue a principios del verano de 1974 o del 75, con 16 o 17 años de edad, no lo recuerdo muy bien. Fui con mi amigo Jesús Olarra para intentar escalar el Espolón de los Franceses, en Peña Vieja. En aquella época, la información que teníamos sobre las vías de escalada era muy escasa, ni siquiera habíamos visto nunca una foto de la pared y sólo teníamos un esquema de la vía dibujado por un amigo. Eso y un material personal para escalar que escandalizaría a un profano: una ristra de mosquetones de hierro de los bomberos, estribos caseros, dos martillos por cordada, algunos cintajos de cuerda y un montón de clavijas. Y en aquella época acercarnos desde Bilbao hasta el teleférico de Fuente Dé era toda una odisea, pues la mayoría de las veces hacíamos el recorrido viajando en auto-stop y normalmente tocaba hacer noche por el camino. Sé que a los escaladores de ahora les costará entender esa manera de viajar y sobre todo ese equipamiento para escalar, pero baste decir que no existían los fisureros, ni los friends, ni cintas exprés como las de ahora y ni tan siquiera arneses decentes. Por supuesto el calzado eran botas de montaña de las "gordas", todavía faltaban muchos años para que a alguien se le ocurriera aplicar una capa de goma cocida de neumático a unas zapatillas ligeras e inventara los "pies de gato". La predicción metereológica no existía, por lo que, a veces, ibas para cuatro días y no paraba de llover, o de nevar. Y desde luego algo como Internet todavía era pura ciencia ficción. Pero bueno, al final, aquella vez, armados principalmente de un gran desconocimiento pero una mayor ilusión, hicimos cuatro largos de escalada de cuarenta metros, no por la vía, por supuesto, y tuvimos que retirarnos. Pero después volví, en numerosas ocasiones.

Peña Santa de Castilla


La Peña Santa de Castilla (o Torre Santa), con 2.596 m  de altitud, es la cumbre más elevada del macizo occidental (o de Cornión) de los Picos de Europa. Sólo una vez he visitado esta montaña. Fue en junio de 1980. Me acompañaban Guillermo Bergaretxe, Gonzalo Martínez y el veterano Ángel Landa. Accedimos a la vertiente sur de esta montaña caminando desde el hermoso paraje leonés de Vega Huerta, y vivaqueamos al pie de la pared. Para escalar elegimos la vía Sur Directa.


Esta maravilla de vía que es la Sur Directa fue abierta el 19 de agosto de 1947 por José González Folliot, Florencio Fuentes y Antonio Rojas. Tiene una longitud de unos 650 m de pared y una dificultad de V grado. La roca es en todo momento excelente, y la escalada un disfrute. Creo que es una buena vía para entrar en contacto con esta montaña.

En otra ocasión, a finales de otoño de no recuerdo qué año, volví a este macizo con intención de escalar, acompañado también de Guillermo. En aquella ocasión venían con nosotros las que por aquel entonces eran nuestras novias. Apenas había nieve y pudimos subir con el coche, por la pista, hasta Vega Huerta. Pero de repente cambió el tiempo y comenzó a nevar con mucha intensidad. Nos refugiamos en una borda de pastores. El temporal, de los más intensos que he visto, duró cuatro días en los que no pudimos salir de la cabaña. El coche no existía, había desparecido bajo una enorme bola de nieve. Ni qué decir tiene que no pudimos arrancarlo, así que allí lo dejamos, nos fuimos a casa y volvimos a recogerlo mes y medio más tarde, cuando bajó lo suficiente el espesor de la nieve. Arrancó a la primera... Era un Citroen- 8.

Picu Urriellu


Fotografía de Manuel Suárez

El Picu Urriellu (en aquella época lo llamábamos siempre Naranjo de Bulnes) es la montaña soñada por todos los escaladores. Con 2.519 m de altitud, no es la cumbre más elevada del macizo central de los Picos- o de los Urrieles-, pero sí la más visible desde muchos lugares y también la más conocida. Su cara oeste, con 530 m de desnivel entre la base y la cumbre, es todo un desafío al vértigo.

Cara Oeste


Cuando yo era joven la cara oeste del Urriellu era el ogro, la pared más temida a la vez que más deseada por todos los escaladores del país, el Eiger ibérico. Unos años atrás había sido también la más mediática, a raíz de los trágicos sucesos que acompañaron a los rescates de Berrio y Ortiz, por un lado, y de Arrabal y Lastra, por otro. También influyó el circo mediático que se formó en la prensa nacional durante los días anteriores y posteriores a la primera escalada invernal, en febrero de 1973. En aquella época se oían voces que pedían la prohibición de la escalada en España.

La primera vez que conseguí ver esta magnífica montaña fue en julio de 1975. Fuimos Guillermo Bergaretxe y yo acompañados de Alfonso, un amigo de Bilbao que no escaló. En los valles llovía a cántaros, y sin embargo, en la montaña, durante los tres o cuatro día que estuvimos allí lució un sol radiante, rodeados de un espléndido mar de nubes que subía y bajaba varios cientos de metros entre el día y la noche. El primer día, como era menester en la época, escalamos la vía directa de la cara sur para conocer el descenso desde la cumbre, y al día siguiente nos metimos directamente en la vía Rabadá- Navarro de la cara oeste, cargados con más ilusión que sensatez. Para todo el mundillo de la montaña aquel intento de ascensión era una locura: no teníamos suficiente experiencia ni preparación, además, éramos demasiado jóvenes. Yo tenía 17 años, Guillermo uno más. Pero nos metimos, y en dos días con un vivac en Tiros de la Torca llegamos a la cumbre. Con dos mochilones enormes cargados de comida, agua, butanillo, ropa de abrigo, muchos mosquetones todavía de hierro, clavijas, martillos, etc. Y calzados con botas gordas de montaña. La mentalidad era que, pasara lo que pasase, había que aguantar. Si tenías un problema tenías que resolverlo tú mismo con tu compañero, no podías esperar ayuda exterior. Aquella ascensión, salvo error (que puedo tenerlo), era la novena que se hacía a esa pared. Eran muchos los que lo intentaban, pero pocos los que llegaban hasta arriba. Cuando volvimos a Bilbao los "mayores" comenzaron a mirarnos de otra manera...


Las vías que he ascendido en esta pared:

Línea rojo claro: vía Rabada Navarro. Abierta por Alberto Rabadá y Ernesto Navarro en el verano de 1962. Tiene 750 m de longitud. Dificultad máxima 6c+. Dificultad obligada 6a+ A1
La primera vez la hice fue durante los días 29-30 de julio de 1975, con Guillermo Bergaretxe.
La segunda vez acompañado de un espeleólogo cántabro (no recuerdo el nombre) que apenas había escalado. Como él no tiraba de primero me tocó hacerla entera.
La tercera vez acompañado de Javi Rojo (Francis).
La cuarta vez, con Guillermo y Francis, entramos por la vía Sagitario y salimos por la Rabadá Navarro.
La quinta vez, este pasado verano- 2013- con Javi Zaragoza de Valencia, como en la vía ya había varias cordadas tuvimos que meternos en la vía Leiva y salimos también por la Rabadá Navarro.
La primera vez que escalé esta ruta lo hicimos en dos días completos de escalada, la tercera en apenas cinco horas.
Entre la fecha de la primera ascensión y de la última que he realizado a esta hermosa pared, han pasado ya 38 años, casi nada.

Línea azul: vía Murciana 78. Abierta por Alfonso Cerdán, Juan Carlos Ferrer y los hermanos José Luis y Juan Carlos García Gallego en agosto de 1978. Tiene una longitud de 630 m. Dificultad máxima 6c+ A1, dificultad obligada 6a+ A2.
La hice con mi compañero Guillermo Bergaretxe en el verano de 1978 o 79, no lo recuerdo muy bien, en unas cinco horas efectivas de escalada. Habíamos dormido en Fuente Dé. Cogimos el primer teleférico de las 8 de la mañana, fuimos caminando hasta el refugio de Vega Urriellu, escalamos la vía, descendimos al refugio de nuevo y, corriendo (no es broma, tardamos poco más de una hora en regresar al cable), volvimos a coger el último teleférico de las 8 de la tarde. Todavía nos dio tiempo a volver a casa en coche. 

Línea rojo oscuro: vía Leiva. Abierta por Miguel A. Díez Vives y Féliz Gómez de León, del 7 al 13 de julio de 1979. Tiene una longitud de 550 m. Dificultad máxima 7a. Dificultad obligada 6a+ A1.
La hice en compañía de Guillermo Bergaretxe, Ángel Sánchez (Diamir) y Chela Mintegi en agosto de 1980. Fue la cuarta ascensión y primera femenina.
Este verano pasado- 2013- hice de nuevo la primera parte con Javi Zaragoza y en Tiros de la Torca continuamos por la segunda parte de la vía Rabadá Navarro.

Línea verde claro: vía Sagitario. Abierta por Higinio Giraldo y Andrés Villar, durante los días 16, 17 y 18 de octubre de 1985. Longitud 260 m, sólo llega hasta el anfiteatro de Tiros de la Torca. Dificultad máxima 6a+. Dificultad obligatoria 6a A0.
La hice en algún verano entre 1995 y 2000 con Guillermo Bergaretxe y Javi Rojo (Francis). Al terminar llegamos a cumbre por la segunda parte de la vía Rabadá Navarro.

Seguidamente pongo unas fotografías, escaneadas de diapositivas, de la ascensión de los cuatro amigos a la vía Leiva en el verano de 1980. Estas imágenes tienen más de treinta años y les falta bastante calidad, pero creo que es perdonable.


Ángel al principio del segundo largo.


Aquí estoy yo colgado en el desplome del primer largo de la segunda parte de la vía, buscando una clavija para meter. No estaba completamente equipada. Recuerdo que este desplome sólo tenía uno o dos buriles y una clavija de acero. Había que meter algún gancho.


Guillermo saliendo del mismo desplome.


Guillermo en la travesía hacia la chimenea de la segunda parte de la vía Leiva, en 1980. Al fondo el Neverón de Urriellu.


Chela en la chimenea final, creo que en el último largo.


Y aquí se nos ve, en la cumbre, a los cuatro que hicimos ese año la vía Leiva. A la izquierda Ángel; debajo Chela; con el casco blanco yo mismo y a la derecha Guillermo.

Y aquí van unas fotos de la última ascensión que he hecho a esta pared, combinación de vías Leiva y Rabadá Navarro, con Javi Zaragoza este mismo verano, 2013.


En la travesía que llaman "Cornisa del Entreacto".


En el primer largo de la gran travesía Rabadá Navarro. 


Y en la cumbre del Picu Urriellu con Javi. No pongo más fotos porque el reportaje de esta ascensión podéis encontrarlo en este mismo blog buscando "septiembre 2013".

Cara Norte



En la cara norte de esta gran montaña sólo he hecho una vía, La Pidal empezando desde abajo por la variante de los hermanos Régil. La he hecho por lo menos en cuatro o cinco ocasiones con diferentes compañeros. Es una vía larga, de cerca de 700 m de longitud y una dificultad de hasta V grado. Una de las veces la escalé con Genaro Sánchez, el hermano del antiguo y polémico guarda del refugio, Tito, y la última con mi compañero de aventuras durante al menos 12 años Isidro Bayón. En esta ocasión, salimos por la mañana temprano de Bilbao, condujimos hasta Collado Pandébano, subimos a la Vega Urriellu, hicimos la vía, descendimos y nos volvimos a casa; todo en un día, ¡menuda paliza!

Cara Este


En la cara este he hecho dos vías diferentes:

Línea roja: vía Cepeda. Abierta el 21 de septiembre de 1955 por María Jesús Aldecoa, Jaime Cepeda y Pedro Udaondo. Longitud 350 m. Dificultad, V grado inferior.
Esta vía la hice no recuerdo qué año con Guillermo Bergaretxe.
Línea azul: vía Amistad con el Diablo. Abierta el 9 de agosto de 1980 por Alfredo Íñiguez y Christian Marín. Longitud, unos 300 m. Dificultad, V superior.
La he hecho en dos ocasiones, la primera con Guillermo Bergaretxe no recuerdo qué año y la segunda con Javi Zaragoza en el verano del año 2010, aunque en esta ocasión los dos primeros largos entramos por la vía Martínez- Somoano.

Seguidamente os pongo unas fotos de la segunda ocasión en que escalamos la vía Amistad con el Diablo:


Javi llegando a la cuarta reunión de la vía.


Javi en el quinto largo de la vía.


Esperando en la sexta reunión; poco más arriba nos encontramos a una cordada atascada...

Cara Sur


Siempre que he escalado esta pared, no sé en cuántas ocasiones, lo he hecho por la vía más clásica, la Sur Directa, abierta en 1944 por Alfonso Martínez y otros compañeros. Tiene una dificultad de IV grado y una longitud de 110 m de pared, a los que hay que sumar otros tantos de una trepada más fácil que se puede hacer desencordados. Normalmente es la vía por la que se suele descender de la cumbre, rapelando, cuando se escalan otras rutas.


Esta imagen es de la última vez que escalé esta vía, en mayo del 2011, con David Mayo y un amigo nuestro venido de Holanda.

Torre del Oso


La Torre del Oso- 2.463 m de altitud- está situada frente a la cara sur del Picu Urriellu. En una ocasión, estaba realizando una travesía de cuatro días en solitario por el macizo central de los Picos y llegué al collado donde empieza la línea roja. Me gustó la arista que veía encima, así que, sin pensarlo mucho, dejé la mochila en el collado y, como estaba, solo, sin cuerdas ni material, y calzado con unas zapatillas, me puse a trepar. Salió  una vía bonita de algo más de 100 m de longitud y una dificultad de IV grado inferior. Lo peor fue que tuve que destreparla de la misma manera, a pelo. Encontré un par de clavijas en la roca, luego no había sido el primero en subir por allí. Pero supongo que los que abrieron la vía irían encordados...

Peña Santa Ana


La peña de Santa Ana es una bonita mole rocosa perteneciente al mismo cordal montañoso que la Peña Vieja. La cumbre se levanta hasta los 2.599 m de altitud y en su cara sudoeste, triángulo perfecto que se abre sobre la gran dolina del Jou de los Boches, tiene una bella pared de canalizos de casi 200 m de desnivel.
Nunca había estado en esta cumbre, así que en una ocasión que estaba pasando unos días de escalada en la Vega de Urriellu, lié a mi amigo Genaro Sánchez- que trabajaba en el refugio junto a varios de sus hermanos- y nos fuimos a trepar a esta pared.


Hicimos la vía del Espolón Rojo, que fue abierta el 7 de octubre de 1965 por Ángel Benito, Rafael Fernández y mi amigo (ya fallecido) el histórico Pedro Udaondo.

Torre de los Horcados Rojos


La Torre de los Horcados Rojos, de 2.506 m de altitud, es una de las cumbres aledañas al macizo de la Peña de Santa Ana y está situada entre ésta y el pico Tesorero. En su vertiente sur se levanta una bella pared de más de 300 m de desnivel y el característico color rojizo que le da nombre.


Siempre pasábamos por debajo de esta pared cada vez que íbamos a escalar al Picu Urriellu- sorprendía su absoluta verticalidad- hasta que un día Guillermo Bergaretxe y yo nos decidimos a atacar la única vía que por aquel entonces había en los Horcados Rojos: la vía Directa, abierta por Ángel Landa, Pedro Udaondo y José María Régil el 27 de septiembre de 1958. Tiene una longitud de 450 m y una dificultad de V grado.

Peña Vieja


La Peña Vieja- 2.617 m de altitud- es uno de los macizos más amplios, importantes y representativos de los Picos de Europa. Es a su vez la cumbre más elevada de las situadas íntegramente en territorio de Cantabria. Hacia los prados de Áliva y el valle del río Duje, vertiente este, nos presenta un impresionante conglomerado de bellas aristas, canales y paredes de roca no siempre adecuadas para escalar, aunque resulten igualmente atractivas.


El Espolón de los Franceses- en la imagen- es la vía más conocida de esta montaña y la más interesante de esta vertiente. Tiene un desnivel cercano a los 800 m y unos 1.000 m de recorrido hasta la cumbre, incluyendo la arista cimera. La dificultad es muy variada, los pasos más difíciles rondarán el V grado. Fue abierta el 18 de agosto de 1967 por los escaladores franceses Forn y Trouvé.


Fue la primera ascensión que intenté en los Picos de Europa, como ya he relatado al principio del reportaje, aunque en aquella ocasión fue fallida. Después la he realizado en unas cuantas ocasiones, con diferentes compañeros.


La última vez que hice esta vía, con mi amigo David Mayo, fue el 26 de junio del 2011


Otra de las vías que más me gusta de esta montaña es la Canal Sudeste. Desconozco la fecha en la que se hizo y el nombre el primer escalador que recorrió esta canal, son datos que no he conseguido encontrar. El desnivel y el recorrido son los mismos que para el Espolón de los Franceses, situado un poco más a la derecha. La he hecho por lo menos en tres ocasiones, que recuerde. La primera con Javi Rojo (Francis), la segunda con el escalador bilbaino ya fallecido Iñaki Balbás, y la tercera con mi compañero y amigo Isidro Bayón, en esta ocasión el 5 de junio del año 2011. Tiene dos variantes que rodean un pronunciado espolón, y conozco las dos. Por la izquierda es más sencilla, la dificultad no pasará de IV grado, y por la derecha nos encontramos varios pasos de V grado.


La última vez que hice esta vía, con Isidro, llegamos hasta el último largo de la canal y justamente ahí se cerró a nuestro alrededor una niebla tan pronunciada que no veíamos absolutamente nada y nos obligó a descender, entre rápeles y destrepes, toda la vía.


Es un precioso recorrido de montaña en el que casi siempre encontramos neveros hasta el final del verano, poniendo una nota de color en el recorrido.


Lo más complicado de esta ruta es elegir bien el itinerario. Se puede progresar por muchos lugares diferentes, pero algunos supondrán complicar en exceso la escalada. El equipamiento es inexistente, y en los lugares más difíciles la posibilidad de meter cosas para asegurar, muy difícil. Hay que tener un buen nivel de escalada en la progresión por terrenos delicados y sin seguros.


Otra vía interesante es el Pilar de los Cántabros, situado en la cara Sudoeste de Peña Vieja. Tiene unos 400 m de longitud y una dificultad de V superior. Fue abierta el 15 de septiembre de 1978 por Torralbo, Rubio, Cianca y Albarellos. La he hecho sólo en una ocasión, con Isidro Bayón.

Pico Pozán, espolón del Jiso


El pico Pozán- 2.178 m de altitud- es una de las cumbres menores que se hiergue en el cordal entre la Tabla de Lechugales- la cumbre más alta del macizo oriental de los Picos de Europa o de Ándara- y el collado de Cámara- que comunica los prados de Áliva con el valle  de Liébana-, pasando por el llamativo pico Cortés.


Pero aunque parezca pequeño en relación a su vecino el pico Cortés, el pico Pozán llama poderosamente la atención a los escaladores que lo contemplan desde el valle de Liébana por el fenomenal contrafuerte rocoso- la afilada arista del Jiso- que recorre prácticamente la totalidad de esta vertiente desde la base hasta la cumbre de la montaña.
La vía que recorre esta arista fue bautizada como Arista de los Peñalaros por los primeros ascensionistas, Gervasio Lastra y Ezequiel Conde, los días 4 y 5 de junio de 1969. Tiene una longitud de 680 m y una dificultad de V grado superior.


Encordados a pie de vía, a la izquierda Ángel y a la derecha Juanjo. Fijaos en el arnés con el que se encuerda Ángel, está hecho con vueltas de cuerda; se ponía a la altura de las costillas flotantes. Yo utilicé uno similar durante los primeros diez años que escalaba.

He hecho esta vía por lo menos, que yo recuerde, en tres ocasiones. La primera con Guillermo Bergaretxe, probablemente entre los años 1977 y 78; la segunda con Juanjo San Sebastíán y el veterano Ángel Landa en junio de 1980, y la tercera con Isidro Bayón a finales de los 90.


El espolón del Jiso es una de las vías clásicas más espectaculares y aéreas de los Picos de Europa. Quiero recordar a los lectores que en este tipo de rutas, que por graduación parecen fáciles, el equipamiento es casi inexistente; solamente encontraremos en su recorrido algunos clavos viejos en mal estado, por lo que hay que equipar la vía entera, con lo que eso supone.


En los últimos largos de la vía la arista se tumba y se hace más sencilla, pero en ningún momento pierde interés ni la espectacularidad de ver bajo nuestros pies lo más agreste del valle de Liébana.

Cueto Agero


Tardé muchos años en venir a escalar a esta formidable pared que se hiergue en mitad del desfiladero de la Hermida, y que siempre admirábamos desde el coche camino del macizo central de los Picos. En realidad, el Cueto Agero, cuya máxima elevación se levanta hasta los 1.016 m de altitud, es una cumbre secundaria de las que se forman en la ladera este del macizo de Ándara, u oriental de los Picos de Europa.


La primera vía que hice en esta espectacular montaña, acompañado de Javi Rojo (Francis), fue la combinación de rutas Mar de Sueños/ Water, probablemente la ruta más bella de esta pared. Mar de Sueños fue abierta en abril de 1984 por Juan Ojeda y Santiago González. Water Wall en mayo de 1988 por Javier Sáenz y José M de la Fuente. La combinación de ambas vías tiene una longitud de 350 m de los que sólo 250 son difíciles, una dificultad máxima de 7a y una dificultad obligada de 6b A1.


La segunda ruta que escalé en esta montaña, a finales de la década de los 90, fue la clásica del Espolón Sur con Isidro Bayón. Esta vía fue abierta el 24 de junio de 1973 por Javier Torralbo, Jesús Rodríguez y Ángel Cianca. Tiene una dificultad máxima de 6a, aunque concentrada en dos pasos concretos. El resto de la vía es mucho más sencillo. El recorrido entero supera los 500 m de longitud.

Peña de Fresnidiello


La peña de Fresnidiello, una cumbre menor situada en las estribaciones de Peña Castil y muy cercana al pueblo de Sotres, sobre el valle del río Duje, es una formidable y lisa pared de calcáreo compacto que levanta su cumbre hasta los 1.477 m de altitud. Con esta pared me ocurría lo mismo que con el Cueto Agero. Siempre la he considerado una cumbre menor y cada vez que venía por esta zona era para subir directamente a la vega de Urriellu.


Así pues, en agosto del 2010, bajando de escalar la vía Amistad con el Diablo en la cara este del Picu Urriellu, con Javier Zaragoza, nos decidimos a intentar una vía en esta pared. Hicimos Separación Real, una vía de 260 m de longitud abierta el 17 de abril de 1985 por Higinio Giraldo y Andrés Villar. Tiene una dificultad de 6a+.

El Espigüete


El Espigüete- 2.450 m de altitud, situado en la provincia de Palencia, macizo de Fuentes Carrionas- es una de las montañas más bellas de la Cordillera Cantábrica y su característica silueta es bien visible desde los cercanos Picos de Europa. Siempre había soñado con ascender a esta montaña y por una razón u otra nunca surgía la ocasión.


Hasta que por fin, en un invierno de finales de la década de los 90 y acompañado de mi amigo Isidro Bayón, nos calzamos el material de nieve y ascendimos la gran clásica de la cara nordeste. Después continuamos la travesía hasta la cumbre norte y descendimos por la cara norte en una travesía circular que, con buen tiempo y buena nieve, constituye un recorrido difícil de olvidar. La ruta tiene un desnivel de 500 m y una dificultad moderada.

Peña del Moro, Pared del Eco


La Pared del Eco en la Peña del Moro, cercana al pueblo cántabro de Ramales, es un espectacular paredón de casi 300 m de desnivel. Y no sólo es vertical, sino que, casi los 100 primeros metros, están desplomados. Normalmente a esta comarca suelo venir a hacer espeleología y no a escalar, pero en una ocasión, con Guillermo Bergaretxe, hicimos la vía Olatz, abierta en solitario por nuestro común amigo Jesús Olarra. Tiene una dificultad de 6a A2.

Peña Mugarra


La Peña Mugarra, situada en el Territorio Histórico de Bizkaia, comarca de Durangoaldea, levanta su cumbre hasta los 969 m de altitud. En su vertiente sur tiene una formidable pared vertical que en algunos lugares alcanza hasta los 250 m de altura. En esta pared hay algunas vías de escalada, pero en la actualidad tienen una reglamentación especial porque comparten espacio con una colonia de buitres leonados que han elegido esta montaña para construir sus nidos.


Sólo he escalado en una ocasión esta muralla, por la vía Txipistrina, de la que desconozco los autores y la fecha de la primera ascensión. La hice con Javi Rojo (Francis). Tiene una longitud de 230 m y una dificultad de 6c.

Cabo Ogoño
Monte Atxurkulu, cara Oeste



La cara oeste del monte Atxurkulu, en el cabo Ogoño, es una formidable pared rocosa de calcáreo coralino que tiene 305 m de altura desde el mar hasta la cumbre. En la actualidad hay muchas vías de escalada que cruzan esta pared- algunas de las cuales he escalado- pero hace unos 35 años, no recuerdo la fecha exacta, junto con Guillermo Bergaretxe, Javi Eceiza y Alejo, abrí desde el mar, con un vivac en pared, una vía de unos 350 m de longitud a la que ni siquiera pusimos nombre.


La principal razón por la que jamás dimos a conocer la vía ni volvimos a repetirla fue porque, a mitad de pared, atravesaba una densa colonia de gaviota argéntea y cormorán moñudo.

Valle de Atxarte


El valle de Atxarte, en la comarca de Durangoaldea, Territorio Histórico de Bizkaia, es el lugar donde he pasado más de media vida escalando. Es una escuela de media montaña, con una gran cantidad de vías de entre 30 y 150 m. Algunas de las más clásicas, como la De Todos, la Negra, la Sur de Urrestei o la Nueva y el Diedro en el Primer Espolón del Aitz Txiki, las he hecho en tantas ocasiones que entre todas superarán sobradamente las 1000 ascensiones. Por eso, aunque en realidad estas montañas pertenecen a la Cordillera Cantábrica, no voy a incluirlas en este reportaje y lo dejaremos para una futura entrada.