lunes, 16 de enero de 2012

Vía Anglada-Gallego al Peñón de Ifach

Iñaki Miró,   Guía de Montaña, Escalada, Espeleología y Barrancos
Página web:  http://inakimiro.jimdo.com/
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Vía Anglada-Gallego al Peñón de Ifach, Calpe, Alicante.
Abierta por José María Anglada y Miguel Ángel Gallego en mayo de 1978.
Siete largos, unos 260 m, dificultad 6c, dificultad obligada 6b- A1


El Peñón de Ifach, situado en el municipio de Calpe, provincia de Alicante, Costa Blanca,  es un formidable monolito calcáreo de casi trescientos metros de altura unido a la costa por una estrecha lengua de tierra que forma un istmo.


Esta fantástica vista aérea del Peñón nos permite hacernos a la idea de la forma que tiene esta península.



La cara sur de esta montaña, directamente desde el mar, está constituida por una formidable pared de más de 250 m de altura, de verticalidad casi absoluta, en la que se intercalan las placas más lisas con aristas y grandes concavidades creadas por la erosión, que forman vertiginosos desplomes.


Aquí he tratado de marcar, más o menos, el itinerario de la vía y los puntos de reunión. Tened en cuenta que la foto está sacada de abajo hacia arriba por lo que la imagen está un poco desproporcionada, y la parte inferior del primer largo no se ve porque lo tapa esa enorme roca. La dificultad de los largos es: 6c- 6c- V- 6a- V- IV- III.


El día 14 de enero llegamos al puerto de Calpe- Paco, Rubén y yo- muy temprano, acababa de amanecer y todavía hacía bastante frío, por lo que nos forramos de ropa.


El sol está levantándose por encima del mar e ilumina la bahía de Calpe.



Llegamos al extremo del paseo marítimo y comenzamos a subir por el sendero marcado que bordea la base de la pared.


Ya hemos llegado a la base de la pared. En este punto concreto arrancan tres vías, la Línea Mágica, la Gómez- Cano y la Anglada- Gallego. Hemos hecho las tres en varias ocasiones, pero ahora hemos elegido esta última.


Nos habíamos puesto cantidad de ropa al salir del coche, pero al llegar aquí, después de la subida por el sendero entre las rocas, sobra casi todo. Aquí estoy con todos los trastos colgando.


El primer paso es bastante exigente, ligeramente desplomado y además te pilla en frío, por lo que cuesta bastante darlo.


Esta imagen es bastante estética, tiene un punto de belleza escalar con el mar al fondo.


Hasta que no llego al segundo parabolt y me aseguro no estoy tranquilo. En la escalada de dificultad el tramo entre el primer y el segundo anclaje es el más peligroso, porque en caso de caída puedes llegar a tocar el suelo y a veces desde unos cuantos metros de altura.


Los primeros metros de la vía son comunes con la Gómez- Cano. Son pasos francos, sobre buenos cantos, asegurados con parabolts, aunque bastante lavados y patinosos.


Poco a poco voy cogiendo altura. El largo es difícil y exigente.


Paco me asegura mientras Rubén anda por ahí dando vueltas, sacando fotos a todo lo que se mueve.


Ya he llegado a la primera reunión. Los últimos metros de este primer largo se recorren por una bavaresa invertida con pasos bastante finos y un tanto "peñoneros".


Paco y Rubén empiezan también a trepar mientras les recojo desde la reunión.


Paco llegando a la punta de la característica V invertida donde se separan las vías Gómez- Cano, hacia la izquierda, y la Anglada- Gallego, a la derecha.



El sol va elevándose sobre el mar y las sombras se retiran de la pared. Enfrente tengo la pared llamada "de los valencianos". Una cordada está haciendo la vía "Polvos Mágicos".


Para Rubén ésta es la primera vez aquí, no solamente en esta vía, sino también en esta vertiente de la pared.



La reunión es cómoda, aunque al estar aquí la pared completamente vertical el cuerpo queda colgando en el vacío.


Toda la zona baja de la pared, en esta vertiente, está bastante desplomada. Fijaos cómo se separan de la pared las cuerdas que cuelgan de la reunión.


Paco llegando a la reunión, en los últimos pasos del primer largo.


Continúo por el segundo largo. También es bastante difícil y delicado, pero algo menos atlético, quizás.


Paco y Rubén en la primera reunión, a cuarenta metros del suelo.


El segundo largo también es duro, le dan una dificulta de de 6c, aunque el grado obligado sea 6b. De todas maneras en el Peñón la roca es tan especial y diferente a otras que el grado es una referencia relativa.


Una vez superada la zona desplomada del primer y segundo largos la pared se hace algo más amable. La segunda reunión es una repisa bastante cómoda.


Rubén llegando a la segunda reunión. Los dos primeros largos de la Anglada- Gallego son bastante atléticos y exigentes. Si no estás bien entrenado en este tipo de escalada puedes llegar a esta reunión con los brazos muy "tocados".


La roca del Peñón, exceptuando en algunos lugares muy concretos, suele ser de agarres romos, con el polvillo de la erosión dentro, y además, el salitre del mar crea una ligera humedad que los vuelve patinosos.


Paco llegando a la segunda reunión. Ya estamos los tres aquí.


El sol ya va estando alto y empieza a calentar. Es lo bueno que tiene el clima de la Costa Blanca; probablemente sea uno de los mejores lugares del mundo para escalar en roca en invierno, con abundancia de grandes paredes aquí y en la cercana Sierra de Aitana, con el sol y la buena temperatura garantizados.


Algo le ha ocurrido a la cordada que estaba intentando "Polvos Mágicos". Al primero de cuerda, que no se le ve, su compañero le está descolgando. Poco después descenderían hasta la base de la pared rapelando.


Rubén y Paco en la segunda reunión. La verdad es que no tengo perdón. Es la tercera vez que hago esta vía y en algún punto, no sé si a mitad del segundo largo o en esta reunión, me he salido de la vía y continúo escalando por otra.


La roca del peñón no es como el granito u otras configuraciones calcáreas con fisuras, chimeneas o diedros. Aquí las líneas no están definidas; hay muchísimas vías, algunas con equipamiento antiguo y otras más moderno, que se cruzan entre ellas salvando placas, desplomes y cuevas en una sucesión confusa de largos. Y otro de los problemas es que, dentro de la pared, no hay una referencia de por dónde vas.


La salida de este tercer largo es fácil, hemos llegado a la base de una gran cueva.



El caso es que nos hemos dado un largo corto de IV grado cuando teníamos que haber hecho uno más largo y de V. Estamos perdidos.


Pero afortunadamente llegamos a una buena reunión en la base de una gran cueva. Todavía no sabemos que nos hemos confundido de vía. La Anglada- Gallego va unos ocho metros a la izquierda, pero desde donde estamos no podemos verla.


Éste es Paco, de Massamagrell, un buen compañero y amigo.


Rubén, del mismo pueblo valenciano, el más joven de los tres con diferencia. Todavía no sabe muy bien dónde se está metiendo.


Desde la pared el paisaje de la bahía de Calpe es espectacular. Al fondo la Sierra de Aitana, con el Ponoig y la cumbre más emblemática de la comarca, el Puig Campana.


Aquí es donde me da la sensación de que algo no va bien. Teníamos que estar debajo de un largo bastante asequible con un único paso de 6a y estoy atacando un pilar más que vertical, sensiblemente desplomado, con los seguros muy lejos y de dificultad elevada.


Está bien equipado con parabolts, pero están muy alejados unos de otros lo que obliga a unos pasos en libre muy exigentes. Creo que estamos en la vía "Lunes al Sol", bastante más difícil, obligada y "peñonera" que la que queríamos hacer. 


Paco y Rubén observan el largo desde la reunión. Ya sonreímos menos que en los primeros largos. la dificultad es mayor de la que esperábamos.



Pero bueno; continúo subiendo y poco a poco, trampeando todo lo que puedo, voy salvando el largo.


Paco saliendo del desplome del cuarto largo. Ha sido muy "potente" y estamos cansados.


Anclaje de reunión sobre dos buenos parabolts. Como veis, para asegurar utilizo siempre la placa Lucky; de todos los cachivaches de aseguramiento es el que más me gusta.


También aparecen clavos viejos por ahí, como esta " U americana" clavada en esta grieta a saber desde cuándo. En teoría es de acero, pero ya veis que la corrosión producida por el salitre del mar no respeta nada.


Esta cuarta reunión es cómoda, la hacemos sobre una buena repisa. El problema es que ahora mismo estamos bajo un gran techo al que apenas le vemos salidas.


Intento por la derecha, pero es peor. Ahí estoy justo encima del techo de la gran cueva y, aunque encuentro un parabolt para asegurarme, por encima ya no veo ningún seguro y el desplome al que tengo que enfrentarme es muy potente y totalmente desconocido. En caso de caída quedaría colgado al aire, sobre la cueva.


Le doy un "tiento", pero no lo veo nada claro; es muy difícil y sobre todo es que por arriba no se ve nada seguro.


Así que me vuelvo atrás y lo voy a intentar de nuevo por una especie de fisura o grieta que corta el desplome un poco a la derecha de la reunión.


Aquí no hay seguros, pero con un puente de roca y un friend consigo asegurar medianamente esos metros. El desplome es brutal; una vez superado me encuentro con una estrecha fisura bajo otro gran desplome, asegurada con un taco de madera todo podrido que llevará allí por lo menos cuarenta años. El espectáculo no me gusta y el día se está poniendo muy arriesgado, así que decidimos bajarnos. Me descuelgo otra vez hasta la reunión desde un puente de roca.


Comenzamos a descender por la pared, rapelando. No es un descenso fácil. la pared está desplomada, así que bajo primero metiendo también seguros para poder llegar a la reunión.


En realidad este mundo vertical que los escaladores semana tras semana nos empeñamos en violar es el reino de las aves; albatros- como el de la fotografía- gaviotas, halcones, águilas y vencejos, son los animales que viven en estas paredes, nosotros dependemos de medios artificiales de seguro y confiamos en nuestra habilidad y preparación.


Una vez que llego a las reuniones aseguro las cuerdas y baja Rubén el segundo. 


Y Paco baja todos los rápeles el tercero desmontando la instalación y los seguros. 


El descenso más complicado es el correspondiente al segundo largo de cuerda. No solamente porque es muy desplomado, sino porque en medio tiene una travesía horizontal que complica mucho la maniobra.


Yo ya estoy abajo y veo a mis compañeros iniciando la última tirada de cuerda. Este rápel es el más desplomado de todos, pero también el más sencillo porque en cuarenta metros nos deja a pie de vía, por fin en el suelo.


Rubén baja tranquilo, haciendo posturitas para la cámara.


Y por fin llega Paco al suelo rapelando con el mar Mediterráneo al fondo. Esta vez no ha podido ser, es lo que tiene la escalada, pero enseguida volveremos.


Y acabamos de nuevo en el paseo marítimo, donde empezamos esta aventura unas horas antes.

5 comentarios:

  1. uff menudo marrón! me ha recordado algunas aventuras antiguas en El chorro.! Hay una gran diferencia entre subir por una via ya clavada a meterte en territorio comanche. Pero como sois unos monstruos escaladores, todo salió bien.

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  2. Ay Loreto, ya sabes de qué va esto, y con más delito porque ya he pasado un par de veces antes por ahí. Será la edad...

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  3. Tremendo techo al que te metías...gran aventura y sabia retirada.
    saludos!

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  4. Lo siento, pero tengo la obligación moral de decirte que tienes una impresentable manera de asegurar a un segundo desde una reunión.
    La foto que lo demuestra es la que comentas lo que te gusta la placa globus de lucky.
    Si es así como aseguras a clientes, que tengas mucha suerte. El angél de la guarda trabajará más de lo deseado.

    lo peor de todo es que lo publicas abiertamante en la red....

    Si te interesa comentar algo mi nombre es Tomás Gil Gómez y mi correo es polvorillo@gmail.com

    Un saludo

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  5. Tomás, pienso que por una foto no se juzga a una persona ni a su trabajo.Yo he escalado mucho con Iñaki y confió plenamente en el.

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