---------------------------------------------------------------------------------
Pico Neouville
Arista de los Tres Consejeros
El Neouville- en el centro de la imagen-, de 3.091 m de altitud, es una de las montañas graníticas más bellas de los Pirineos. Su situación geográfica es privilegiada, en el centro del único macizo pirenaico con cumbres que superan los 3.000 m de altitud situado en territorio enteramente francés. Situado al sur del Pic du Midi de Bigorre y al norte de La Munia, rodeado de lagos de aguas cristalinas, sus hermosas crestas graníticas parten de forma radial en tres direcciones diferentes.
El pasado 28 de octubre, 2014, Javi y yo nos acercamos en coche al Pirineo desde Valencia y subimos por la carretera del valle de Sapinière de Baranette hasta la presa del lago de Cap de Long; pasando primero por el lago de Orèdon y el Plan de Estaragne.
Los bosques del Pirineo estaban en pleno esplendor otoñal. El rojo de las hayas contrasta vívidamente con el amarillo de los abedules y el siempre verde de los abetos, en una policromía difícilmente superable.
A pesar del buen tiempo que ha reinado durante todo este otoño, por las noches hace frío, así que buscamos este antiguo refugio para pasar la noche. Se construyó en el pasado para los trabajadores de la presa, pero todavía mantiene un interior aceptable a pesar de las filtraciones constantes de humedad. En el interior tiene antiguas literas de madera y varios colchones de espuma. pero vamos, que no somos muy exigentes. Se encuentra a un lado de la carretera, al subir a la izquierda, tres curvas antes de llegar a la presa.
Y para entrar en calor, nada como un buen fuego de leña.
Al día siguiente nos levantamos tarde, desayunamos, preparamos el material y, ya dando el sol, tomamos el sendero ascendente que nace al final de la presa.
Enseguida cogemos altura y podemos admirar las cumbres que se reflejan en las aguas del lago de Cap De Long. De izquierda a derecha: Pic de Bugatet, 2.877 m; Pic de Méchant, 2.944 m; en el centro el Pic de Estaragne, 3.006 m; por delante, casi tapando al anterior, el Pic de Alharisses, 2.993 m; y a la derecha el Pic de Campbieil, 3.173 m.
En la zona alta de la ladera la vegetación casi desaparece y los bloques de granito afloran al camino. Apenas encontramos algunos pinos negros (Pinus nigra) de tronco retorcido, dispersos, el único árbol que puede sobrevivir a esa altitud en el Pirineo. Al fondo vemos ya la cumbre del Neouville.
Desde esta altura vemos las cumbres cercanas con mejor perspectiva. El más cercano es el Pic de Alharisses, y por detrás, a la izquierda, el Pic de Estaragne. Más a la derecha y al fondo podemos ver la cumbre rocosa del Pic Long, 3.192 m, el pico más alto de todo el macizo.
El ascenso hacia la brecha situada entre el pico de los Tres Consejeros- a la izquierda-, 3.039 m, y el Neouville- a la derecha- 3.091 m, es muy evidente y no presenta mayor problema que el de atravesar los canchales de roca y algún que otro nevero.
En las tres ocasiones que he visitado esta zona, dos han sido para escalar la arista de los Tres Consejeros al Neouville y la tercera para escalar la vía Mailly- Ollivier a la cara norte del Pic Long. La cuarta, será sin duda esta arista este del pico Tres Consejeros, la arista Ferbos.
En la base de la pared atravesamos un gran ventisquero donde la nieve, a pesar del sol, estaba dura como el hielo. Con el canto de las botas no éramos capaces de morder ni una pizca de nieve, por lo que acabó como acaban estas cosas, con un patinazo de casi cuarenta metros y golpe final contra las rocas. Pero bueno, el ángel de la guarda de los escaladores tiene mucho trabajo.
Y llegamos por fin a la base de la pared y empiece de la vía, encajada en una profunda rimaya entre la roca y el ventisquero. Pero como los primeros cien metros son sencillos, hasta llegar a la Brecha de Neouville, de momento no nos atamos.
En la base de la pared atravesamos un gran ventisquero donde la nieve, a pesar del sol, estaba dura como el hielo. Con el canto de las botas no éramos capaces de morder ni una pizca de nieve, por lo que acabó como acaban estas cosas, con un patinazo de casi cuarenta metros y golpe final contra las rocas. Pero bueno, el ángel de la guarda de los escaladores tiene mucho trabajo.
Y llegamos por fin a la base de la pared y empiece de la vía, encajada en una profunda rimaya entre la roca y el ventisquero. Pero como los primeros cien metros son sencillos, hasta llegar a la Brecha de Neouville, de momento no nos atamos.
Nos atamos en la brecha y comenzamos a escalar. Los dos primeros largos son sencillos y no encontramos ninguna dificultad hasta el tercero. Eso sí, hay que tener en cuenta que estamos a 3.000 m de altura y solos en la montaña, que en las aristas como ésta hay que estar continuamente atentos a la roca (cualquier bloque se puede desprender), que el itinerario no es evidente y hay que ser intuitivos escalando, que no hay seguros, ni reuniones equipadas, y que en caso de tormenta repentina las aristas son imanes para los rayos, doy fe. En fin, el consejo es que no nos dejemos engañar por el grado y que una ascensión no termina hasta que estamos de vuelta en casa.
Vamos haciendo largos de unos cuarenta metros. Siempre encontramos una buena repisa para parar y recoger al compañero, y de vez en cuando se encuentra también algún friend viejo que algún escalador ha empotrado demasiado y luego no ha podido sacar.
Tampoco es una cresta al uso, porque tiene algunos largos muy verticales con bastante "patio" a ambos lados, lo que da una buena sensación de pared.
Y durante toda la vía disfrutamos de un ambiente espectacular.
Lajas, placas, diedros y grandes bloques que sortear. Para mí, que soy un viejo escalador de calcáreo, la escalada en granito tiene unas connotaciones especiales, recuerdos del Midí, del Balaitous o de las Agujas de Chamonix, vías y más vías, diferentes compañeros, diferentes épocas.
La escalada en granito siempre es amable, y desde luego, poder escalar en camiseta a 3.000 m de altura casi en noviembre es todo un lujo.
Para escalar esta vía, nosotros llevamos cuatro friends variados, cinco cintas exprés, un par de cintas largas para enhebrar bloques y una cuerda de cincuenta metros de 9 mm. Y fue suficiente. Pero meto muy pocos seguros por largo. El que se sienta más seguro metiendo muchos anclajes debería llevar más material.
Como podéis ver en la imagen, el paisaje y las vistas que tenemos sobre el lago son espectaculares. Es un lujo de vía, recomendable para todo aquel que quiera pasar un inolvidable día de montaña en las cumbres del Pirineo.
Desde donde estamos, tenemos una vista privilegiada de la cara norte del Pic Long, el eterno ventisquero de su base y el lago Tourrat. Hace años tuve ocasión de escalar la vía Mailly-Ollivier en la cara norte de esta pared, que discurre por el centro de la misma, y guardo un buen recuerdo de esa ascensión. A la derecha del Pic Long podemos ver la cara norte del Monte Perdido, el Cilindro y el Marboré, tres cumbres que conocemos bien.
Incluso los largos tumbados de la arista tienen zonas, como ésta, donde la sensación de verticalidad y "patio" que tenemos por debajo es vertiginosa.
En el Pirineo hay bastantes arista de granito, pero pocas tan bellas como ésta de los Tres Consejeros.
Y no siempre es fácil discernir el mejor itinerario. El escalador que no tenga hábito en este tipo de ascensiones puede encontrarse en situaciones comprometidas.
Ya no estamos muy lejos de la cumbre.
En el tramo final de la arista se intercalan los largos verticales con otros en los que la arista se tumba bastante, aunque no por eso pierde interés.
Desde aquí podemos ver entera la forma de media luna que tiene el lago de Cap de Long.
Este diedro es el último largo vertical de la arista. Creo que hicimos en total once largos, lo que nos da una longitud aproximada de 400 m de arista. La dificultad máxima de la vía es IV+. Quizás hay algún paso aislado al que se le podría dar un poco más, hasta V-.
Y en este ambiente tan espectacular hacemos la última reunión antes de la cresta final, que ya está tumbada y es más sencilla.
Desde aquí podemos ver parcialmente el descenso, que discurre a través de esos ventisqueros y el canchal de bloques que formaba la morrena de base del antiguo glaciar.
Una última trepada sencilla entre bloques nos conduce a la cima. Si alguien que lea este repor tiene interés en hacer la vía, tiene que calcular un mínimo de diez horas entre acercamiento, escalada y descenso; este último es muy largo.
Y una última foto en la cumbre del Neouville. Estamos a 3.091 m de altitud, en camiseta, un 29 de octubre, con un día espectacular. Para nosotros tiene además un interés añadido, pues por circunstancias este pasado verano no hemos podido escalar en el Pirineo.
Como podéis ver en la imagen, el paisaje y las vistas que tenemos sobre el lago son espectaculares. Es un lujo de vía, recomendable para todo aquel que quiera pasar un inolvidable día de montaña en las cumbres del Pirineo.
Desde donde estamos, tenemos una vista privilegiada de la cara norte del Pic Long, el eterno ventisquero de su base y el lago Tourrat. Hace años tuve ocasión de escalar la vía Mailly-Ollivier en la cara norte de esta pared, que discurre por el centro de la misma, y guardo un buen recuerdo de esa ascensión. A la derecha del Pic Long podemos ver la cara norte del Monte Perdido, el Cilindro y el Marboré, tres cumbres que conocemos bien.
Incluso los largos tumbados de la arista tienen zonas, como ésta, donde la sensación de verticalidad y "patio" que tenemos por debajo es vertiginosa.
En el Pirineo hay bastantes arista de granito, pero pocas tan bellas como ésta de los Tres Consejeros.
Y no siempre es fácil discernir el mejor itinerario. El escalador que no tenga hábito en este tipo de ascensiones puede encontrarse en situaciones comprometidas.
Ya no estamos muy lejos de la cumbre.
En el tramo final de la arista se intercalan los largos verticales con otros en los que la arista se tumba bastante, aunque no por eso pierde interés.
Desde aquí podemos ver entera la forma de media luna que tiene el lago de Cap de Long.
Este diedro es el último largo vertical de la arista. Creo que hicimos en total once largos, lo que nos da una longitud aproximada de 400 m de arista. La dificultad máxima de la vía es IV+. Quizás hay algún paso aislado al que se le podría dar un poco más, hasta V-.
Y en este ambiente tan espectacular hacemos la última reunión antes de la cresta final, que ya está tumbada y es más sencilla.
Desde aquí podemos ver parcialmente el descenso, que discurre a través de esos ventisqueros y el canchal de bloques que formaba la morrena de base del antiguo glaciar.
Una última trepada sencilla entre bloques nos conduce a la cima. Si alguien que lea este repor tiene interés en hacer la vía, tiene que calcular un mínimo de diez horas entre acercamiento, escalada y descenso; este último es muy largo.
Y una última foto en la cumbre del Neouville. Estamos a 3.091 m de altitud, en camiseta, un 29 de octubre, con un día espectacular. Para nosotros tiene además un interés añadido, pues por circunstancias este pasado verano no hemos podido escalar en el Pirineo.