sábado, 10 de agosto de 2013

Vía de las Brujas al Tozal del Mallo, Ordesa.

Valle de Ordesa
Tozal del Mallo
Vía de las Brujas


Las fotografías que ilustran este reportaje son propiedad del autor del mismo, exceptuando tres de ellas obtenidas de Internet, sin copiright; solamente cuando conozco al autor de la imagen lo nombro a pie de foto. Quiero decir también que, aunque este blog es público y cualquiera puede visitarlo, el único interés del mismo es ordenar, para mis recuerdos, las actividades de montaña que realizo con amigos o en solitario, y de alguna manera, como se puede visitar en Internet, difundir este conocimiento, aunque esto sea secundario.


En el impresionante y espectacular valle glaciar de Ordesa, centro neurálgico y principal puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, destaca, por ser la más visible desde el valle de Torla, la cumbre del pico Mondarruego de 2.848 m de altitud. Entre los contrafuertes rocosos- vertiginosos abismos calcáreos llamados "fajas" en aragonés- que caen desde la cumbre hacia el valle, destaca la pared llamada Tozal del Mallo, en el centro de la imagen.


El Tozal del Mallo, aunque tenga este aspecto desde el valle en realidad no es una verdadera cumbre, sino un contrafuerte rocoso del macizo de Mondarruego. Tiene una altitud de 2.254 m.


El Tozal del Mallo forma una impresionante pared vertical de más de 300 m de altura que siempre ha llamado poderosamente la atención de los escaladores. La primera ascensión de esta bella pared, por su mismo centro, fue realizada en la Semana Santa de 1957 por Jean Ravier, M. Khan y otros tres compañeros franceses, dejando para la posteridad la denominada vía Ravier.


El pasado 28 de junio, viernes por la tarde,  nos acercamos desde Valencia al valle de Ordesa mi compañero Javier Zaragoza y yo.


Llegamos al aparcamiento del pueblo de Torla a última hora de la tarde y nos tumbamos a dormir sobre la hierba, al lado mismo del coche.


Por la mañana temprano, a las 7, cogimos al autobús que sube a la Pradera. El hecho de prohibir el acceso al parque en vehículo privado durante los meses del verano y parte del otoño ha sido una buena medida para evitar la masificación de vehículos.


Ya ha salido el sol, y aunque el fondo de los valles todavía está sumido en la penumbra, las cumbres orientadas al este se nos presentan con este aspecto. Aquí vemos el pico de Otal, de 2.701 m de altitud, en la cercana sierra de Tendeñera, con las últimas nieves del invierno. Así se ve desde la Pradera de Ordesa.


Y según caminamos buscando el sendero que nos llevará al circo de Carriata, tuvimos la suerte de toparnos a poca distancia con este espectacular corzo (Capreolus capreolus), el duendecillo de los bosques, un animal huidizo que no es fácil de contemplar con tanta facilidad, por lo menos por aquí.


El camino de acceso al Tozal del Mallo, en el Circo de Carriata, es un sendero zigzagueante que salva un fuerte desnivel por un bello bosque de hayas (Fagus silvática) y pinos abares (Pinus sylvestris).


Según vamos subiendo aparece la impresionante imagen del Tozal entre las copas de los árboles.


Ya casi al final del bosque encontramos la cabaña de Carriata. He dormido aquí en numerosas ocasiones.


Poco más arriba de la cabaña encontramos el arroyo de Carriata; todavía mantiene algunos neveros.


Frente a nosotros, completamente iluminada por el sol, la ladera contraria del valle de Ordesa, sierra de las Cutas, con la Punta Acuta (o Diazas) en lo más alto, al fondo, con 2.247 m de altitud.


Y recorriendo ya el último tramo del sendero que nos deja en la base de la pared encontramos varios sarrios (Rupicapra rupicapra) que nos observan durante un momento antes de alejarse. Están en pleno proceso de cambio de pelaje; en esta época se les caen las lanas del invierno y les queda sólo el pelaje fino del verano.


Y en casi dos horas de camino llegamos por fin a pie de vía.
He escalado esta pared en numerosas ocasiones por cuatro vías diferentes: vía de las Brujas, la Franco-española, la Ravier y la Despiau. Pero esta vez, aprovechando que hoy se cumple el 50 aniversario de la apertura de la vía de Las Brujas por la famosa cordada aragonesa de Rabadá y Navarro acompañados de J.J. Díaz, el 29 de junio de 1963, hemos decidido escalar la segunda parte de este itinerario pero empezando por la vía Ravier, realizando así una escalada diferente y desconocida hasta ahora, por lo menos para nosotros. Lo que vamos a hacer es entrar en la pared por la vía Ravier, escalar los primeros largos de esta vía hasta la chimenea característica, atravesar hasta la Plaza de Cataluña por la travesía Santacana, y una vez en la gran repisa atacar la segunda parte de la vía Las Brujas. Una bella, larga y poco conocida ascensión.


Este enorme y retorcido pino está situado al lado del contrafuerte rocoso que marca el inicio de la vía.


En la misma base de la pared Javi mira para arriba...; la verdad es que impresiona, una enorme y amenazadora mole vertical de más de 300 m de altura.


Pero bueno, hemos venido a escalar, así que venga, a prepararse.


La vista que tenemos desde aquí hacia el valle de Ordesa es de una belleza espectacular. Pocos paisajes de montaña pueden superar tanta armonía y serenidad. Y es uno de los valles donde mejor se pueden leer las páginas de la historia geológica de los Pirineos; y no sólo porque su perfecta forma en U nos muestre claramente su origen glaciar, sino porque en algunos lugares se puede apreciar claramente la huella erosiva de tres de las cuatro glaciaciones que soportaron estas montañas. 


El primer largo de la vía supera en el contrafuerte rocoso. En teoría es sencillo de escalar, III y IV inferior, pero hay remontar una serie de enormes bloques muy inestables pisando hierbajos e incluso tierra húmeda, y por supuesto sin ningún seguro.


El segundo largo, muy sencillo, nos deja propiamente en la base de la pared más vertical. 


A nuestra izquierda la parte inferior de la pared por donde discurren la vía de las Brujas y la Franco-española, todavía en sombra.


Para mi compañero Javi ésta es su segunda vez en esta pared, y como todavía no está muy familiarizado con la roca del Tozal me toca escalar de primero.


La referencia para estos primeros largos de la vía Ravier, con un itinerario poco definido, es la conocida chimenea característica, formada entre dos gigantescas losas de roca caliza. Podemos verla en el centro de la imagen, un poco hacia arriba.


Las sensaciones que produce la escalada sobre este valle tan impresionante es algo que hay que vivir para poder entenderlo.


Los primeros largos no son muy difíciles, IV y V grado, sólo hay que estar muy  atento al itinerario para no perderse y saber asegurar con friends y fisureros, pues con mucha suerte sólo encontraremos algún clavo viejo de tanto en tanto. La roca es mediocre, muchos bloques sueltos.


Ya vamos cogiendo altura, Javi en la tercera reunión. Ha empezado muy valiente en camiseta, pero el sol no nos da todavía y hace fresco.


La vista desde aquí hacia el inicio del valle de Ordesa también es impresionante, se ve claramente la unión del valle con su vecino el de Bujaruelo. Aunque el valle de Ordesa es mucho más conocido y aparentemente más grande e importante, en realidad, estudiado desde el punto de vista de un geólogo es un valle subsecuente de su vecino, y el río Arazas es un afluente del Ara, que recorre el valle de Bujaruelo.


Javi llegando a la cuarta reunión.


Unos metros por debajo de la chimenea característica de la vía Ravier, realizamos una travesía ascendente, en diagonal, hacia la izquierda. No tiene ningún equipamiento, pero se puede asegurar con friends. En algunos tramos la roca es delicada. Esta travesía fue abierta por J. Santacana en 1954, en el primer intento serio de escalar el Tozal del Mallo. Santacana sólo llegó hasta la gran repisa central,  desde donde descendió rapelando. Desde aquel día, esta repisa es conocida como Plaza de Cataluña.


Vamos cogiendo altura y la vista sobre el Pico de Otal se nos presenta diferente a cada momento. Bajo esta montaña calcárea (vertiente N.O. o del Turbón, el lapiaz que se aprecia hacia la derecha de la imagen) se encuentra uno de los complejos subterráneos con más desarrollo y profundidad de nuestro país: el Sistema Arañonera, con más de 35 km de galerías subterráneas y un desnivel conocido- entre la boca más alta en forma de sima y la boca más baja, cueva de Santa Elena (por la que brota el río que ha excavado el sistema)- de 1.179 m.


La roca del Tozal del Mallo, aunque es calcárea, tiene unas características especiales que la hacen muy peculiar. Es una configuración de grandes bloques y lajas verticales que no siempre son sólidas.


Vista sobre el valle de Ordesa. Se ve perfectamente la cinta plateada del río Arazas y la llanura conocida como la Pradera.


Termino la travesía Santacana y llego al extremo derecho de la Plaza de Cataluña.


Nos cruzamos con una cordada de Durango que están haciendo una vía moderna, que no conozco.


Monto una reunión en un árbol y voy recogiendo a Javi. Aquí empieza a darnos el sol, con lo a gusto que estábamos en la sombrita.


La verdad es que la escalada en esta pared con vistas tan impresionantes es algo espectacular.


La Plaza de Cataluña es una vira o repisa horizontal que atraviesa una buena parte de la pared.


Y al fondo de la vira, a la izquierda, encontramos la segunda parte de la vía de las Brujas.


Este primer largo de la segunda parte es difícil y desploma bastante. Tiene buenos cantos; seguramente se podrá forzar en libre aunque no sé qué dificultad tendría, pero el equipamiento es tan vetusto- clavijas muy viejas que dan muy poca seguridad- mejor no forzar y pasar como se pueda. He metido también algún friend para pasar en artificial con un poco más de seguridad.


Pero no se puede ir de clavo en clavo porque están un poco lejos, por lo que obligatoriamente hay que dar pasos intermedios en libre.


Llego por fin a la reunión y recojo a Javi; aquí se le ve saliendo del desplome.


Según vamos cogiendo altura la vista sobre el valle y las montañas circundantes va cambiando por momentos.


Una vez superado el desplome la pared se pone vertical.


Los largos se van sucediendo. No es un vía extremadamente difícil, pero el equipamiento es muy precario, el itinerario poco definido y una de las mayores dificultades es encontrar la ruta adecuada y no perderse.


Frente a nosotros, al otro lado del valle, vemos ahora con más facilidad las paredes que cierran el valle y el pináculo herboso de la punta Acuta.


En la parte más alta de la pared la vía discurre por una serie de diedros y fisuras donde se intercalan algunas repisas tapizadas de vegetación.


Una foto que había que hacer, Javi subido en la punta de un bloque que sobresale de manera vertiginosa de la pared.


Estamos ya en la parte alta de la pared, en la arista oeste, y las reuniones hay que montarlas atándonos a los árboles que encontramos por ahí. No hay prácticamente seguros.


Como podéis ver la roca no siempre es muy sólida; hay que escalar con mucha atención.


Por fin Javi se ha decidido a ir de primero en los últimos largos.


Observo a mi compañero atacar un paso complicado. Aunque en las imágenes parece que esta zona de la pared es bastante fácil, nada más lejos de la realidad. Después del largo desplomado, el primero, los dos siguientes son V, después V sup, otro de 6a, y el último de IV grado. Pero encontramos muy pocos seguros emplazados en la vía y los que hay son clavos muy viejos. Hay que recordar que autoasegurarse según vamos avanzando hacia arriba es una dificultad añadida. Ah, y olvidaros de reuniones equipadas, aquí de eso no hay.


¡Ayyyy, qué gozada es escalar de segundo, sin comerse la cabeza!


Ya estamos cerca de la cumbre, a la altura de las fajas más altas del valle.


Uno de los espectáculos más bellos que se pueden contemplar en el valle de Ordesa, verdadero privilegio que hemos admirado en numerosas ocasiones desde estas paredes, es el hierático vuelo del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), como nos muestra esta extraordinaria imagen de la fotógrafa Clara Calderón.


Siempre recordaré este día y esta ascensión como una sucesión de momentos mágicos e inolvidables.


Después de un paso delicado Javi asoma la cabeza a la anteúltima reunión.


En el último largo atravesamos una vira herbosa antes de llegar también al último contrafuerte rocoso.


Y en el último largo de la vía, el más sencillo, encontramos también los mejores seguros: un par de clavijas en bastante buen estado de conservación.


Y como al final todo lo bueno se termina, también se ha acabado la pared. Hago la última reunión sobre el tronco retorcido de una vieja sabina (Juniperus thurifera).


Y ya ha llegado Javi. Ésta es su segunda ocasión en esta cumbre; para mí creo que la octava o novena.


Y desde aquí disfrutamos de una vista excepcional sobre el valle.


Estamos altos y podemos admirar algunas de las cumbres más elevadas de estas montañas. Al fondo, a la izquierda, asoma la cumbre del Taillón, de 3.147 m de altitud.


Y la necesaria foto de cumbre; momentos inolvidables con compañeros inolvidables. Estamos en el punto más alto del Tozal del Mallo, a 2.254 m de altitud. El mundo es nuestro.