Guía de Montaña, Escalada, Espeleología y Barranquismo
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Espolón Central del Puig Campana
El Puig Campana es una de las cumbres más bellas, emblemáticas y conocidas de la provincia de Alicante. Cercana a la costa, desde el mar se nos presenta como un espectacular baluarte rocoso que destaca con facilidad sobre los demás.
Con 1.410 m de altitud, es la segunda cumbre en importancia de la sierra de Aitana. Levanta su mole rocosa en el municipio alicantino de Finestrat, comarca de la Marina Baixa, frente a la ciudad de Benidorm.
El Espolón Central, en la imagen la línea roja, fue escalado por primera vez por C. Torregrosa y M. Gascón en marzo de 1962. Tiene una longitud aproximada de 450 m y una dificultad máxima de V grado.
Éste es un croquis aproximado del itinerario y dificultades de la vía, aunque el espolón es muy amplio, no hay una única posibilidad de escalar por una línea obligatoria y en varios lugares lo difícil es seguir por la vía original.
El pasado 20 de abril, 2013, nos dirigíamos al Peñón de Ifach con la intención de escalar la combinación de vías llamada Triple Indirecta, pero en Calpe el cielo estaba muy encapotado y amenazaba lluvia, así que al final terminamos aquí, en la carretera de la Font del Molí, bajo el Puig Campana.
Aquí de momento el cielo aparecía soleado, pero como no estaba muy claro que todo el día fuera a aguantar igual decidimos ir a hacer algo bien conocido y elegimos el Espolón Central.
Mis compañeros, amigos de muchas batallas y aventuras de roca, son: Javier Zaragoza, de Meliana...
...y Paco Moya, de Massamagrell, las dos poblaciones en las provincia de Valencia.
Hemos hecho esta vía en numerosas ocasiones, a veces como una continuidad de otras vías, como la Julia (ver en este mismo blog, abril del año 2011: Vías Julia-Espolón Central). En la imagen se ve (línea continua) el itinerario del Espolón Central. En la línea de puntos el itinerario de descenso, y en la parte alta, con una línea marrón, la vía abierta hasta la cumbre (V grado) por los hermanos Edwars para rematar el espolón. En esta ocasión lo que queríamos era, si el tiempo lo permitía, llegar hasta la cumbre.
Ya en la base de la pared, preparamos el material.
Nos atamos y comenzamos a escalar. Como vamos tres llevamos dos cuerdas finas. Los primeros largos de cuerda voy a ir yo de primero, que soy el que mejor los conoce.
El primer largo es una trepada sencilla de IV grado, justo a la izquierda de una placa de roca lisa y oscura, bastante característica.
La primera reunión, en una repisa cómoda, está desequipada, por lo que la instalamos con unos fisureros.
El segundo largo empieza en un diedro también de IV grado, que se equipa bien con fisureros y friends.
En la parte alta del diedro un paso aéreo hacia la izquierda nos coloca en el filo de un pequeño espolón. Ojo en esta zona con las rocas sueltas, hay unas cuantas.
Al terminar el espolón, también en una repisa amplia y cómoda, encontramos la segunda reunión.
Está equipada con dos buenos parabolts, lo que nos da un poco de tranquilidad. Me ato y recojo la cuerda de mis compañeros.
La roca del Espolón Central y en general de todo el Puig Campana es bastante buena, adherente y bastante sólida, aunque hay algunas zonas donde es más delicada y hay que escalar con cuidado.
Al cabo de un rato llegan mis compañeros por fin a la segunda reunión.
Y mientras me aseguran aprovechan para sacarse una foto con el móvil de Paco.
El tercer largo también tiene una dificultad similar a los dos anteriores, está desequipado como casi toda la vía pero es fácil asegurarlo con fisureros, friends y lazos para puentes de roca.
Al llevar cuerdas cortas no hacemos las reuniones donde deberíamos, aprovechamos para ello cualquier repisa cómoda y fácil de equipar.
Javi llegando a la tercera reunión, instalada con un pequeño fisurero en una grieta y dos puentes de roca.
Empiezo el cuarto largo en una placa bastante vertical con buenas presas para agarrarse.
Mientras Javi me asegura y Paco aprovecha para sacar algunas fotos.
Este largo, el cuarto, nos conduce definitivamente al hombro desde el que se accede a lo que es propiamente el Espolón Central. La vía original llegaba hasta esta zona por la parte de atrás, después de una sencilla trepada entre bloques y con bastante vegetación.
Para entrar a lo que es el espolón tenemos que escalar haciendo una travesía en diagonal hacia la derecha.
De momento la dificultad sigue siendo la misma, IV grado, pero en esta zona la vía es poco precisa y cuesta encontrar la ruta más adecuada.
Escalamos de bloque en bloque y de repisa en repisa, sin encontrar nada a lo que asegurarnos; ¡menos mal que hay muchas grietas!
De vez en cuando encontramos alguna clavija antigua, pero están bastante oxidadas y no dan mucha seguridad, sólo sirven para indicarnos que vamos por el camino correcto.
Ha empezado a cambiar el tiempo, se está nublando y parece que se acerca la tormenta; menos mal que hemos traído ropa para ponernos.
Los largos de la zona intermedia son los más verticales y bonitos de escalar.
Todavía continúo tirando de primero. Creo que ésta es la sexta ocasión que tengo el placer de escalar esta vía, y siempre la disfruto por igual
Llegamos a la sexta reunión y aquí decidimos cambiar las cuerdas. A partir de ahora va a ser Paco el que va de primero. Tened en cuenta que la vía tiene nueve largos si se escala con cuerda largas, de un mínimo de 50 m. Si se va con cuerdas más cortas, como era nuestro caso, salen por lo menos dos largos más.
Estamos en la parte central del Espolón, donde se encuentran los largos más verticales y difíciles de la vía.
Esta reunión es bastante amplia y cómoda, y desde aquí disfrutamos de unas vistas magníficas del entorno de esta montaña.
Paco, ya de primero, va buscando la vía; es la segunda vez que pasa por aquí, pero la amplitud de esta arista de roca es de tales dimensiones que a veces dudamos.
No se aprecia muy bien en la imagen, pero las nubes oscuras que por la mañana cubrían sólo la costa se han extendido hacia el interior y rodean la montaña. También se ha levantado aire frío.
Esta vía del Puig Campana es excepcionalmente bella.
Posee una roca de una adherencia tal que es difícil de encontrar entre sus gigantescos vecinos, como el Ponoig o el Tozal de Levante.
La dificultad en varios pasos de este sector central del Espolón ronda el V grado, pero no más, lo que lo convierte en una ascensión cómoda y disfrutona.
Todos estamos disfrutando de la vía. Detrás de Paco, al fondo, se ve el jardín intermedio de la vía Espolón Sin Nombre, que hicimos él y yo hace algunos años.
Los largos se van sucediendo, y con ellos los pasos bonitos y la escalada disfrutona; pero miramos de reojillo a los nubarrones negros que se están asentando sobre el Campana...
En algunos momentos la niebla, como por ramalazos, se echa sobre nosotros para volver a descubrir el paisaje poco después; pero eso no nos impide disfrutar de esta escalada.
En la zona alta la verticalidad del Espolón Central se ve cortada por varios resaltes con grandes repisas intermedias. Encontramos algunas reuniones equipadas con dos parabolts, pero los largos están prácticamente desequipados.
Javi continúa asegurando a Paco mientras yo aprovecho para sacar fotografías.
El antepenúltimo largo es el que tiene los pasos más difíciles de toda la vía. Es un largo de V grado, equipado con un par de spits, un puente de roca y una clavija. En la zona alta tiene un paso bastante aéreo, lo que lo hace destacar en una vía en general de pasos sencillos.
La roca aquí es excelente y la escalada tiene un ambiente muy alpino; da la sensación de que estamos escalando en montaña..
En los últimos largos las reuniones están bien equipadas cada una con dos parabolts; dan mucha seguridad.
En todo momento el ambiente de esta ascensión es de una belleza espectacular.
Y llegamos por fin a la penúltima reunión después de un largo intermedio de IVsup.
El plan que teníamos de escalar en el Peñón era técnicamente mucho más difícil y comprometido, pero el cambio ha merecido la pena; aquí también hemos disfrutado escalando.
La reunión es cómoda, y este último resalte tiene también una dificultad de IV grado.
La pared que tenemos encima forma un diedro de unos cuantos metros con una grieta amplia en el fondo.
Poco más arriba Paco, para asegurar, ha metido un friend tan al fondo en una grieta que no hay forma de recuperarlo. Después de varios intentos allí se quedó, cada vez más empotrado. En fin, unas veces encontramos material perdido y otras veces lo perdemos nosotros.
Y por fin llegamos al final del Espolón Central. La idea era continuar trepando montaña arriba hasta encontrar la última pared antes de la cumbre, los largos abiertos por los hermanos Edwars. Pero la cumbre está cubierta por la niebla, el cielo está oscureciéndose por momentos y amenaza lluvia, así que lo dejamos para otra ocasión.
Como podéis ver en la imagen, la tormenta está a punto de desatarse, de hecho hemos tenido bastante suerte que el tiempo ha aguantado hasta aquí, y no ha ocurrido en mitad de la vía.
Así que recogemos el material y comenzamos el descenso, que no es fácil.
La primera vez que hice está vía no conocíamos el descenso desde la parte alta del espolón y nos costó bastante encontrarlo. Ahora han pintado sobre la roca unos círculos rojos que se ven bastante bien y han colocado un cable con parabolts en los pasos más arriesgados.
Por lo visto mucha gente se perdía en esta zona y ha debido ocurrir algún que otro accidente, por eso han puesto el cable. Desde donde acaba la vía hay que realizar una travesía horizontal hacia la derecha bastante larga y en tramos expuesta, hasta llegar a la gran pedrera y canal que se utiliza como vía normal de ascenso al Puig Campana.
Y al cabo de un rato destrepamos el último contrafuerte rocoso y llegamos por fin a la vía normal de ascenso a esta montaña.
La bajada es larga, siempre tardamos bastante más de una hora en llegar de nuevo al coche.
Y aquí estamos los tres, cansados pero contentos; ha sido de nuevo una bonita experiencia.
Y con esta bella imagen del Espolón Central del Puig Campana nos despedimos de vosotros, espero que la lectura de este reportaje os haya gustado tanto como a mí hacerlo.
Hola Iñaki; siempre recomendable y clásico este espolón del Campana; me la anoto en la agenda para repetirla, ya que me ira bien para de nuevo coger soltura en vías de largos, después del percance qué sufri, en el que me fracture la muñeca.
ResponderEliminarAupa y hasta otra.
Javi Nieto
¿Cómo va eso, Javi? a ver si terminas ya con la mala racha y le damos otra vez a las "tapias".
EliminarMe ha gustado mucho el reportaje Ya lo hice algunos años intentare hacerlo este sabado buen blog me he hecho seguidor tuyo para inspirarme en algunas aventurillas tuyas un cordial saludo
ResponderEliminarMiguel Gascon 19 de febrero de 2017
ResponderEliminarOs felicito por el excelente reportaje.Ayer 18 de febrero escalé nuevamente el Espolón con mis compañeros Angel Montero y JoaMn Toledo, cumpliendo mi anhelo de hacerlo a los exactamente 47 años y un mes de su apertura el 18 de marzo de 1970 por Joan Roig, Carlos Torregrosa y yo mismo, miembros del CEV (Centro Excursionista de Valencia). He disfrutado de la vìa bastante, aunque algunos pasos me han venido algo justos. No recordaba exactamente la ejecución de los pasos, aunque si que no pasaban de un Vº grado,si recordaba,los largos mas aéreos y de buena roca de la zona media.
Cuando la abrimos repito en 1970 (no 1963 como indica Desnivel y algunas reseñas) vivaqueamos en las plataformas de la parte final de la vía, y recuerdo que un amigo suizo propietario del único chalet en la zona alta de Finestrat, nos estuvo observando con prismáticos toda nuestra evolución en la pared.
Aprovecho vuesto blog para expresar mi agradecimiento a mis compañeros de cordada Angel que se hizo toda la vía de primero y Joan Toledo que me animó a escalarla, así como a la cordada de apoyo de Vte. Cintado,Luis Martinez y Toni Berlanga, todos excelentes compañeros.
Gracias por vuestra excelente reportaje y fotografía, y disculpad la extensión de mi texto.
Excelente reportaje, yo hice esta vía en el 72 probablemente. En aquella época lejana,no habían empotradores, ni friends ni pies de gato e hicimos la vía con la cuerda atada en la cintura y con las botas de montana. con el martillo y las clavijas, y el segundo de cordada tenia que sacar los clavos. Guarde un muy buen recuerdo del Puig Campana, una vez hice una escalada en solitario y encontré el camino para bajar hasta la canal sin hacer un rappel, que solo conocía un pastor de la montana. Tengo el proyecto de volver al espolon central en el 2019 para mis 70 años.
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