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miércoles, 20 de abril de 2011

Atxarte, Espolones del Aitz Txiki.

Iñaki Miró,   Guía de Montaña, Escalada, Espeleología y Barrancos
Página web:  http://inakimiro.jimdo.com
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Atxarte, Espolones del Aitz Txiki

Atxarte, en el municipio de Abadiño, comarca del Duranguesado, en Bizkaia, ese valle mítico donde se han forjado varias generaciones de escaladores y alpinistas vascos.


Es un valle bastante cerrado, rodeado por todas partes de algunas de las montañas calcáreas más emblemáticas de nuestra geografía. Una traducción al castellano del vocablo vasco "Atxarte" significaría algo así como "Entre Peñas".


El Untzillaitz, de 934 m de altitud.


El Aitz Txiki, o "Peña Pequeña", de 791 m de altitud.


Y el Alluitz, de 1.040 m de altitud, que prolonga su cresterío hasta la cumbre del Anboto, que con sus 1.331 m es el gigante de la comarca.


Estas montañas son eminentemente rocosas y vierten sus paredes, aristas y espolones al valle, tanto desde una vertiente como desde la otra, conformando un variado paraíso para los escaladores.


Un día de finales de este pasado verano del 2010, Isidro y yo aparcamos el coche en la pista que une el fondo del valle con el puerto de Urkiola y nos dirigimos caminando por el bosque hasta la base de los espolones del Aitz Txiki.


Los espolones son varias paredes verticales y escalonadas, de magnífica roca, que nos llevan hasta la cumbre de esta montaña, y que oscilan entre los 60 y los 150 m de altura.


Vamos a hacer el Diedro del 1º Espolón, una gran clásica, pero empezamos por un largo diferente y algo más difícil- 6a- del que ahora no recuerdo el nombre.


El 1º Espolón tiene una altura de entre 110 y 120 m. Hay algunas más cortas que no llegan a cumbre, pero la mayoría de las vías tienen entre tres y cuatro largos, con reuniones bastante cómodas en repisas.


El segundo largo, el que lleva hasta el diedro, es un largo de transición, de V grado. El equipamiento en estas vías es bastante variado, hay pitones antiguos, spits, parabolts y hasta químicos. En general, el reequipamiento de las vías clásicas en Atxarte se ha hecho de una manera un tanto anárquica, aunque mi intención no es juzgar ni mucho menos criticar, porque esto ha supuesto un gran esfuerzo físico además de desembolso económico para los escaladores que lo han realizado, y los que ahora podemos disfrutarlo tenemos que estar agradecidos. Mi homenaje a los escaladores que con paciencia reequipan las vías clásicas.


Isidro en la reunión de la base del diedro, el largo más bonito y técnico de toda la vía.


Es un largo de 30 m equipado todavía con algunas de las clavijas originales y anclajes químicos, en el que todos los movimientos son muy técnicos. V sup.



Es una de las primeras vías que se abrió en este espolón, y junto con la vía Nueva, la primera a la derecha y la segunda a la izquierda del espolón, forma el dúo de las dos vías que no hay que perderse en esta pared.


Se puede subir en X, oposición espalda pies, empotrando un costado, cada cual se amoldará mejor a una técnica u otra, pero el diedro es muy vertical y tiene pocas presas, y cualquier movimiento mal calculado puede, fácilmente, propiciar una caída.


No las he contado, pero probablemente sea una de las vías que más haya repetido, pasará de las 200 veces, pero nunca me resulta fácil.


Isidro disponiéndose a entrar en el diedro. La misma entrada desde la reunión es complicada, hay que estirar las piernas hasta un límite doloroso, en plan bailarina haciendo el espagás, o como se diga.


Utilizamos técnicas diferentes para hacer los mismos movimientos.


En la cumbre del 1º espolón. Ahora nos acercamos caminando hasta la base del tercero, unos diez minutos escasos de subida.


Desde esta altura se ven magníficas las otras paredes del valle: Labargorri, en uno de los flancos del Untzillaitz, la más bella pared mutilada por una cantera.


Y los bucólicos caseríos del fondo del valle, el clásico paisaje vasco.


La vía clásica del tercer espolón del Aitz Txiki atraviesa por el centro esta pared, de unos 150 m de altura, surcada por numerosas vías, la mayoría bien reequipadas con anclajes químicos o parabolts.


La dificultad media de la vía es solamente IV grado, algo escasa, pero eso no le resta belleza.


Fijaos qué increíble belleza plástica tiene esta imagen. Conocí el valle de Atxarte hace unos 38 años, y el flechazo fue inmediato y permanente, hasta hoy. ¡Qué se le va a hacer!


Montando la última reunión. Como la vía ha resultado "poco apretona", el último largo me voy a desviar por una placa vertical y ligeramente desplomada, de 30 m de longitud y una dificultad de 6a más, bien equipada con parabolts, vía de un largo a la que llaman Irrintzi. Nos llevará directamente a la cumbre.


Ya en la cumbre, unos destrepes delicados y un rápel final de 30 m nos ponen en la base lateral del espolón.


Y de aquí ya a bajar caminando por las pedreras, unas cervecitas y un pintxo de tortilla en el bar Olondo de Mendiola y para casa, hasta la próxima y que sea pronto.

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